ETA sigue su hoja de ruta

ABC 01/02/14
EDITORIAL

· Es lamentable que la burda estrategia actual sea recibida con júbilo por quienes están dispuestos desde siempre a mostrar equidistancia entre asesinos y víctimas

ETA y sus secuaces pseudopolíticos siguen paso a paso una hoja de ruta establecida desde hace tiempo, con el aplauso y la complacencia de los «posibilistas» del PNV y de algunos sectores del socialismo vasco. Sin embargo, un análisis objetivo de los hechos refleja que esa estrategia de los terroristas no es unívoca y que, por supuesto, no merece ninguna confianza para los defensores del Estado de Derecho. El acto del matadero de Durango fue ciertamente un oprobio y una humillación para las víctimas, pero, como hoy informa ABC, también un fiasco para los «buenistas» que afirman la unidad entre los distintos sectores radicales. La mitad de los liberados les dieron plantón y no se presentaron, y los huecos, para hacer bulto, se rellenaron con otros elementos del mundo abertzale. A estas alturas está claro que los presos no siguen de forma unánime la misma postura, como demuestra el intolerable comportamiento del sanguinario «Txeroki», Garikoitz Aspiazu, que hace unas fechas se negó a reconocer la legitimidad del tribunal competente para juzgarlo. Solo una semana antes, ese sector «posibilista» festejaba un supuestamente histórico comunicado en el que el «frente de makos» aceptaba los «cauces legales» para resolver el «conflicto». Pues no. A medio camino entre la ingenuidad y el oportunismo, hay quienes se muestran comprensivos con los asesinos al tiempo que califican de «extremistas» a quienes piden que se cumpla la ley penal y penitenciaria, sin dejarse engañar por gestos vacíos de contenido.

ETA no se ha disuelto, ni ha entregado las armas, ni ha pedido perdón por sus crímenes, ni siquiera ha conseguido que todos los presos compartan ese enfoque de moderación aparente que solo consigue engañar a los que están dispuestos a dejarse convencer. Derrotada en el ámbito policial gracias a la eficacia de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad, ha logrado situar en posiciones de poder a los partidos que obedecen instrucciones de la banda. No es disparatado pensar que alcance así una parte de sus objetivos sin necesidad de utilizar las pistolas. Es muy positivo, por supuesto, que no haya atentados sangrientos, pero nadie puede asegurar que no vuelvan a producirse en el futuro.

Pero es lamentable que la burda estrategia actual sea recibida con júbilo por quienes están dispuestos a mostrar equidistancia entre asesinos y víctimas. Nunca hubo un «conflicto» con violencia por ambas partes, sino la lucha legal y legítima de un Estado de Derecho frente a una banda de criminales que ha generado mucho dolor. Una vez más, los terroristas tratan de beneficiarse de la comprensión de algunos sectores políticos. Por ello, es muy positivo que el PP vaya a dedicar un homenaje a las víctimas en la Convención de Valladolid, reiterando así la posición que ha sido seña de identidad de ese partido.