- Casi 200 víctimas del terrorismo avalan en un documento el uso de la expresión «que te vote Txapote» contra Pedro Sánchez por sus concesiones a los presos de ETA para contentar a EH Bildu. El filósofo cree que el lema no es un insulto a las víctimas
Fernando Savater no se alarma con el «que te vote Txapote, Sánchez». La vida de los filósofos no ha sido fácil desde antes del nacimiento de Cristo. Sócrates, condenado a muerte. Diógenes de Sínope, mendigo hasta el fin de los días. Anaxágoras, desterrado de Atenas. Bien lo sabe Fernando Savater, que durante años tuvo que pasear con escolta por la playa de la Concha por la amenaza de ETA. El ‘comando Donosti’ tenía un dossier del escritor, enemigo de los etarras por hablar en libertad. Savater es uno de esos vascos que plantó cara al terrorismo y hoy se sienten vendidos por las concesiones de Pedro Sánchez a EH Bildu. En declaraciones a Vozpópuli manifiesta que lo ocurrido estos días en torno al nuevo lema de moda antisanchista son «polémicas tontas para echar una manita al presidente apuntillado«.
El filósofo y cofundador de la plataforma antiterrorista ¡Basta ya! se desmarca de Consuelo Ordoñez y Covite y asegura que el «que te vote Txapote» no le produce ninguna molestia. «A mí el lema me hizo gracia en su día y desde luego no me parece un insulto a las víctimas de Txapote«, afirma. Y es que Savater no compra el consuelo político de algunos como José Luis Rodríguez Zapatero de que «ETA ya no existe». «ETA mató para algo y ahora vivimos en ese algo«.
El pensador se enmarca en aquellos que creen que la presencia de EH Bildu en el Congreso es una concesión política a ETA, es aceptar a sus ideólogos en la Cámara Baja, «aquellos que abogan por la destrucción de nuestro orden constitucional». Para Savater hay ideas que aunque se defiendan sin violencia, son inaceptables en democracia.
- Daniel Portero: «Txapote encarna la política de Sánchez»
Savater comparte la idea de David Portero, cuyo padre fue asesinado por orden ded Txapote, de que la ya famosa expresión no es un insulto a las víctimas. «Txapote ordenó el asesinato de mi padre, él encarna la política de Sánchez. El 10 de julio de 1997, la cúpula de ETA en donde estaban Iñaki de Rentería, Anboto, Mikel Antza, Kantauri y Txapote, hicieron un comunicado donde dejaron claro al Gobierno de Aznar que, o acercaban a los presos de ETA al País Vasco o asesinaban a Miguel Ángel Blanco. El 13 de julio comunicaron que lo habían matado porque no se les había acercado. Sánchez ha hecho caso a Txapote. Por tanto, Txapote se lo debe. ‘Que te vote Txapote’ resume perfectamente la política que ha llevado con Bildu y con ETA», explica en declaraciones a este periódico.
Portero considera que si el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se ve agraviado con esta frase es porque «se siente culpable«. Portero ha firmado un documento a favor de que se utilice la expresión junto a cerca de 200 víctimas de ETA entre las que se encuentran María del Mar Blanco, la familia Jiménez Becerril, Ángeles Pedraza o Mikel Lejarza (‘El lobo‘).
«Sánchez ha traicionado a Miguel Ángel Blanco»
«Este año Sánchez ha culminado el plan de acercamiento de etarras a cárceles vascas y navarras, lo que representa una traición a Miguel Ángel Blanco y a todas las víctimas y una cesión en toda regla a aquella reclamación histórica que aún hacen suya los bilduetarras que han sostenido al actual Gobierno», reza el comunicado.
«Entenderá perfectamente el presidente del Gobierno que Txapote tenga motivos reales para votarle, porque es él y el resto de etarras los que han conseguido toda clase de privilegios y atenciones durante su legislatura y no las víctimas del terrorismo, que más bien al contrario hemos sido objeto de desprecios y ninguneados», continúa el documento.
El documento surge en respuesta del presentado por Consuelo Ordóñez, hermana de Gregorio Ordóñez (asesinado por Txapote), a través del Colectivo de Víctimas del Terrorismo (Covite) y la Fundación Fernando Buesa, donde piden que se deje de usar el lema por «indigno» y «cruel» y «faltar al respeto a las víctimas». Un punto de vista que no es, en absoluto, el más extendido en el colectivo de víctimas.