Antonio Casado-El Confidencial
- La actual ecuación de poder genera contradicciones ideológicas, programáticas, organizativas y electorales que ni el PSOE ni Unidas Podemos están sabiendo gestionar
El culebrón Garzón, desencadenado por el ministro de Consumo en su desahogo sobre la mala calidad de la carne de macrogranjas contaminantes, es la crónica del desbarajuste en la coalición PSOE-UP que gobierna España desde hace dos años con apoyo exterior del secesionismo vasco y catalán.
Eso nos remite a la ecuación de poder bautizada ‘Frankenstein’ y aquejada de continuos sobresaltos. Las piezas del artefacto se descolocan con asuntos como las declaraciones de Garzón, el paso de la reforma laboral por el telar parlamentario, los ‘ongi etorri’ o la ‘mesa’ catalana.
Se impone la doctrina del mal menor: el mandato de una mal traída ‘alerta antifascista’ por el avance del PP y Vox en las encuestas. Pero el riesgo de un Frankenstein en deconstrucción no desaparece, a causa de las anomalías fundacionales de la mencionada ecuación de poder.
Todas han aflorado en el caso Garzón:
Ideológicas. Nada bueno puede salir del encamamiento de un partido constitucional con enemigos declarados del régimen del 78, la monarquía parlamentaria y el principio de soberanía nacional indivisible.
Lo reconocía hace pocos días Arnaldo Otegi, uno de los costaleros del Gobierno. Dice el líder de Bildu que pactar con Sánchez le genera contradicciones. Lo curioso es que no le ocurra lo mismo a Sánchez por pactar con Otegi.
¿O es que, como dice este, ha aprendido a gestionar esas contradicciones?
Programáticas. El PSOE y Podemos no han acompasado la remada en el caso de la ganadería sostenible, aunque comparten una posición común. O sea, rechazo al ‘boom’ de las macrogranjas malolientes que producen carne de peor calidad que la de la ganadería a campo libre (extensiva).
Pedro Sánchez apostó por la ganadería ecológica y la reducción del consumo de carne en una campaña de Unicef (octubre de 2019)
El propio presidente del Gobierno apostó públicamente por la ganadería ecológica y la reducción del consumo de carne (campaña de Unicef, octubre de 2019) en términos muy parecidos a los de Garzón, que han generado duras acusaciones cruzadas de “deslealtad” entre los dos socios de coalición:
“Nuestra propuesta es la de alimentos seguros, mejores, más sanos y respetuosos con el medio ambiente” (Sánchez ‘dixit’).
Alimentos más sanos y respetuosos con el medio ambiente. Apostamos por una ganadería sostenible, a menor escala, de gran valor ambiental y que genere empleo en el medio rural. Esta es una de nuestras propuestas para abordar la #crisisclimática, Lara. pic.twitter.com/G4DSjbosPR
— Pedro Sánchez (@sanchezcastejon) October 31, 2019
Organizativas. En este caso, el presidente se ha limitado a declarar “lamentable” la polémica generada por Alberto Garzón y formular un apoyo genérico al sector primario.
No consta que llamase al orden a su ministro por expresar una posición a título personal. Y el titular de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, declaró que no tuvo a bien contactar con su compañero de Gabinete durante los días del incendio mediático y político, mientras la ministra de Defensa, Margarita Robles, se hartaba de predicar la “cultura institucional” que impone la colegiación del poder ejecutivo.
En vísperas de las elecciones de Castilla y León, Unidas Podemos apuesta por la sostenibilidad y el PSOE por la rentabilidad del sector
Electorales. Es la madre del cordero de todo el culebrón. Que dos socios de coalición a escala nacional compitan en las urnas a escala regional genera contradicciones. Ni el PSOE ni UP las han sabido gestionar en vísperas de las elecciones del 13 de febrero en Castilla y León, donde la exportación de productos cárnicos es un sector puntero en la economía de la comunidad.
El garzonismo defiende la sostenibilidad: “Las macrogranjas contaminan el suelo y luego exportan carne de mala calidad de animales maltratados”. Los de Planas defienden la rentabilidad: “No me he caído de un guindo, ya sé que la ganadería no es solo una estampa pastoril”, aunque España incumpla los límites de emisión de amoníaco a la atmósfera.
Está por ver cuál de las dos posiciones cotizará más alto en las urnas del 13 de febrero. Me parece que el pragmatismo del PSOE, alineado así con el PP (la ganadería, ni tocarla), se impondrá sobre la coherencia programática de Podemos al menos en este asunto.