VICTORIA PREGO, EL MUNDO 09/01/13
¿Qué tienen los políticos y los muy ricos que, cuando se saltan la ley en beneficio propio, la Justicia les echa una mano y acaban saliendo indemnes del peso de esa ley que, sin embargo, suele caer implacable y pesadamente sobre los hombros de los menestrales?
Los políticos tienen poder, capacidad de presión y capacidad de pacto a partes iguales y son un enemigo peligroso y un aliado a veces muy necesario. Y los muy ricos tienen exactamente lo mismo pero traducido en billetes.
Por eso resulta tan extraordinario que entren en la cárcel grandes empresarios. Siempre que no hayan perdido su imperio, claro, porque entonces, sí. Ahí están los Albertos y el caso Urbanor, uno de los grandes escándalos de la España del pelotazo, para quienes el Constitucional modificó en su favor la doctrina de la prescripción. Y está Botín, por el caso de las cesiones de crédito, a quien el Supremo le hizo el favor de establecer que, una vez que la acusación pública y la particular se retiran, no basta la acusación popular en solitario para abrir el juicio. Sobreseido su caso.
Lo mismo sucede con los políticos bien situados. ¿Qué tenía, por ejemplo, el ex secretario de Trabajo de la Generalitat, Josep Maria Servitje, condenado a más de cuatro años de prisión por prevaricación, falsedad y malversación de más de 46.000 euros, que fue indultado por el Gobierno Rajoy en marzo pasado? Tenía una posición relevante dentro de CiU y seguro que información comprometida para ese partido. Lo mismo que tienen los señores Millet y Montull, implicados en el caso Palau, que aún no se ha visto en los tribunales. Y aún está por ver en qué terminará esta última sucesión de latrocinios protagonizados por esos militantes de CiU y por sus terminales empresariales y de partido.
El pacto alcanzado ayer en el caso Pallerols es más de lo mismo. Duran Lleida decía hace dos años en la radio: «Si condenan a alguna persona en este caso, yo no creeré en la Justicia porque Unió, como tal, no ha recibido ni un céntimo del señor Pallerols».
Pues ahí estuvo ayer «Unió, como tal» asumiendo el pago de casi 400.000 euros como responsable civil de un presunto delito de financiación ilegal pero evitando con eso que el caso sea juzgado y por lo tanto, aireado. Barato le ha salido al partido este pacto con la Fiscalía. Y más barato les ha salido a los encausados porque con este enjuague se libran de la cárcel. ¿Qué tiene Unió y su líder Duran para que su gente y su partido se libren de ser juzgados? Lo dicho: poder, capacidad de presión y, ahora mismo, una muy necesaria capacidad de pacto. Eso ayuda a entender lo sucedido. Y a azuzar la ira de los menestrales.
VICTORIA PREGO, EL MUNDO 09/01/13