ABC 23/10/13

· Los jueces decretan su libertad de forma unánime, pero bloquean la indemnización.

Con extraordinaria premura, la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional se reunió ayer a las 9.15 de la mañana para dar cumplimiento a la sentencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos sobre el caso de la etarra Inés del Río. No habían pasado ni venticuatro horas —exactamente 22— desde que Estrasburgo hizo público el veredicto, y los diecisiete magistrados de la Sala estaban ya sentados en torno a una mesa. En el orden del día, un único punto: aplicar la resolución europea «a la mayor brevedad posible», como dictaminaron los jueces europeos.

Tras una hora y media de reunión, los magistrados de lo Penal de la Audiencia Nacional tomaron una decisión unánime: declarar extinguidas las responsabilidades penales de Del Río por cumplimiento de condena. El siguiente paso fue redactar el auto de excarcelación y remitirlo a la cárcel de Teixeiro (A Coruña) para que fuera puesta en libertad de manera «inmediata», como sucedió a las 16.25 de la tarde. Desde que el presidente de la Gran Sala del TEDH, el luxemburgués Dean Spielmann, leyó la sentencia hasta que la etarra volvió a ser libre no habían pasado ni treinta horas.

En el auto, los jueces aseguran que la sentencia europea es «clara y concluyente» al establecer que «incumbe al Estado asegurar la puesta en libertad de la demandante en el plazo más breve». También echaron cuentas los jueces sobre el tiempo que ha pasado en prisión la terrorista, que fue condenada por su participación en el asesinato de venticuatro personas. En total, 26 años y tres meses de cárcel, lo que significa que ha estado «privada irregularmente de libertad» durante cinco años y tres meses, exactamente desde julio del 2008.

Sentencia vinculante

El auto de la Audiencia Nacional resalta el carácter vinculante del fallo europeo, «de obligado cumplimiento para nuestro Estado, que adquirió la obligación internacional de dar efectividad y ejecutar las sentencias» del TEDH. Esto es así porque España prestó su consentimiento al Convenio Europeo para la Protección de los Derechos Civiles y Libertades Fundamentales.

Los magistrados de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional también se pronunciaron sobre otro de los puntos claves de la sentencia: la indemnización de 30.000 euros —más costas e impuestos — fijada por el tribunal de Estrasburgo. A este respecto, el auto establece que ese dinero «deberá imputarse al pago de las responsabilidades civiles decretadas a favor de las víctimas». Es decir, la etarra quedará en libertad pero no verá ni un euro, ya que cuando fue condenada se declaró insolvente para no pagar las correspondientes indemnizaciones a sus víctimas.

Mientras, el fiscal general del Estado, Eduardo Torres-Dulce, dijo ayer que la Fiscalía estudiará de forma individualizada cada caso y verá si procede aplicar la sentencia del TEDH sobre la doctrina Parot. En su opinión, la resolución no cuestiona la doctrina Parot sino la manera de aplicarla retroactivamente y no establece un marco general, sino que resuelve un solo caso.

 

La sonrisa de la asesina

· En 26 años en prisión, la pistolera no ha tenido un solo gesto de piedad con las víctimas. No se espera que, ya libre, cambie.

Alas 16.25 horas de ayer, la sanguinaria etarra Inés del Río Prada salía de la prisión de Teixeiro (La Coruña). No sonreía –eso lo dejaría para después, una vez dentro del coche que la llevaría de vuelta al destino elegido–; pero la imagen de sus familiares y amigos, felices y cubriendo con una ikurriña a la terrorista, era una bofetada para las víctimas y, para qué negarlo, también para el sentido común y la justicia.

«La liberación de Inés del Río es inminente». Esta fue la frase que más se escuchó en la puerta del centro penitenciario desde el amanecer hasta que, pasadas las cuatro de la tarde, la etarra salió finalmente en libertad. A primera hora de la mañana, el temporal que estos días sacude Galicia descargaba toda su furia sobre la pequeña localidad que acoge una cárcel en la que están internos 17 presos de la banda terrorista, 16 desde ayer. A pesar del viento y la lluvia torrencial, periodistas y fotógrafos iban llegando a las puertas de la prisión. Se suponía que la salida de la pistolera era ya «inminente», pero el único movimiento que había en Teixeiro hasta bien entrada la mañana era el de los coches de la Guardia Civil que entraban y salían.

Una bandera de España

Cerca de las dos de la tarde llegaron los familiares de la presa, que almorzaron un bocadillo ante la puerta del penal. Y solo unos minutos después se detuvo un coche del que salieron dos hombres vestidos de manera exquisita que aseguraban ser hijos de militares. Llevaban una bandera de España con el escudo tachado, y explicaban que aunque para ellos la rojigualda es «sagrada», le habían pegado cinta aislante porque el Gobierno había «claudicado». Estas personas increparon a los familiares de Del Río. Se sumó a los insultos poco más tarde un viandante que aseguró que a la etarra «había que quemarla viva». Así, hasta las 16.25, cuando la asesina de 24 personas abandonó la cárcel tras 26 años en prisión.

La etarra subió en el asiento traseros de un utilitario, que cerraba la «comitiva» de tres vehículos que formó el «comité de bienvenida». Poco después, las redes sociales la mostraban sonriente en el coche. Satisfecha. Como si hubiera culminado una hazaña.

Mientras, la alcaldesa de Tafalla, Cristina Sota (UPN), dijo sentirse «frustrada» y «apenada» por la publicidad negativa que tendría para la localidad la llegada de Inés del Río, natural de allí. En cualquier caso, comentó a ABC que la etarra «no tiene gran vinculación» con esta población «ni la gente que tiene su edad la recuerda». Dicho esto, confió en que, «por dignidad», se «omita cualquier recibimiento o bienvenida». Los concejales de Bildu presentes en la Comisión de Seguimiento del Ayuntamiento dijeron que no tenían previsto prepararle ningún homenaje como tales, lo cual no descarta que lo hagan a título personal.

La alcaldesa dijo que nadie ha solicitado al Ayuntamiento permiso para realizar algún acto en relación con la excarcelación de Del Río. Tampoco la Delegación del Gobierno en Navarra. «Piensas en el dolor que se causa a las víctimas del terrorismo y te unes a ellos, no puedes expresar más que indignación, ése es el sentimiento que tengo», aseguró la regidora, a quien le da «mucho miedo que esto rompa la normal armonía y la convivencia».

Hasta bien entrada la madrugada, amigos de la etarra esperaron su llegada en Tafalla con aplausos y cartelones, mientras la Guardia Civil patrullaba por los alrededores. Finalmente, al parecer, se quedó en Pamplona.

ABC 23/10/13