EL MUNDO – 17/10/15
· Mas sugiere a la izquierda radical que vote sí a su investidura y después haga oposición.
La demostración de fuerza que hizo Artur Mas el jueves en la escalinata del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) fue indiscutible. También lo es el nulo efecto que parece haber tenido sobre la CUP esa misma exhibición, escenificada por las 2.000 personas que se concentraron el jueves en Barcelona para apoyar al president en funciones de la Generalitat por su imputación por el 9-N.
Pese a los paralelismos que el soberanismo fomentó entre las figuras de Mas y el presidente catalán Lluís Companys –de cuyo fusilamiento se cumplieron 75 años ese mismo día– y el respaldo en la calle, la izquierda independentista mantiene su negativa a investir a Mas como president. Lo advirtió tajante ayer Antonio Baños, líder parlamentario de la CUP: «No creemos en el todo o en el nada, ni en el Mas o nadie».
Presente también en la manifestación para arropar a Mas, Baños argumentó ayer que su partido no se ha movido de donde estaba. «Lo dijimos antes de las elecciones», sostuvo en una entrevista a la agencia Efe, en la que insistió en una de las claves de la campaña que les llevó a obtener 10 diputados y a convertirse en la llave para el próximo Govern. «Todo el mundo es necesario pero nadie es imprescindible. Como decía Salvador Espriu, todo un pueblo no puede quedarse parado por una persona».
Con unas conversaciones al ralentí para encontrar una salida al bloqueo, Baños también evidenció que la CUP no tiene prisa por acelerar el proceso. Tras recordar que legalmente puede prolongarse la situación hasta el 9 de enero, lanzó un aviso a quienes mantienen presionado a su partido para que acceda a las peticiones de CDC. «Yo entiendo que haya gente que tenga prisa, pero es que ahora todo va en serio. Durante años hemos ido reuniendo a mucha gente, y ahora que ya la tenemos, se trata de fundar una república». Algo que pasa por acordar «el cómo, el qué y el cuándo». También, por realizar un ejercicio de «desobediencia» al Estado, que espera que ejecute el Govern en funciones desoyendo al Tribunal Constitucional. Tal y como explicó Baños de forma más gráfica, «para lograr la independencia hay que montar un pollo político y jurídico».
Mas, por su parte, explora todas las vías para vencer el pulso y obtener el apoyo necesario en el Parlament de Catalunya.
Para doblegar la negativa de la CUP, el líder de CDC advirtió a Baños de que el proceso soberanista podría estancarse si no se logra poner en marcha un nuevo gobierno. «No funcionaremos en este proceso, de una complicación política extraordinaria, sin un gobierno que no esté en funciones». Se ofreció, asimismo, a «dejar al margen» su eventual nombramiento para priorizar la construcción del «cómo». Esto es, levantar las estructuras necesarias para crear un Estado independiente.
También recurrió Mas a la cerrazón ideológica de la CUP, que se resiste a investir a un político al que vinculan con los recortes del Estado del bienestar y con casos de corrupción. En una entrevista en la emisora RAC1, Mas dijo que «no está escrito» que un partido que inviste al president deba darle apoyo durante la legislatura. «No compromete a nada más que a que se pueda empezar un proceso de gobierno», dijo, y recordó que una vez nombrado el nuevo jefe del Ejecutivo, la CUP podría situarse en la oposición «y decir que no a todo, si se quiere».
Aunque ninguna de las partes se atreve a dibujar un calendario para que se vean los resultados de las conversaciones, Mas sí se mostró ayer esperanzado en que no se prolonguen hasta inicios de 2016. «No será mañana, pero ya veremos si tan lejos como enero», aseguró. Eso sí, insistió en que prefiere que las negociaciones con la CUP «vayan lentas y acaben bien, que no que vayan rápidas y acaben mal».
La postura de la CUP también está obligando a Mas a trabajar con lentitud en la elección de los nombres que formarían parte del nuevo Govern. Aunque ayer reconoció tener «ideas» sobre la estructura del Ejecutivo que debe dar los primeros pasos hacia la independencia, también reveló que no tiene decidido por completo el que, de ser investido como president, sería su tercer gabinete en sólo cinco años. Obligado a compartir la Generalitat con ERC y con independientes, los nombres que hasta el momento Mas mantiene en su lista incluyen el del actual conseller del Interior, Jordi Jané, y la vicepresidenta y portavoz, Neus Munté. También se sostendría en la estructura gubernamental Irene Rigau, consejera de Educación en funciones y, como Mas, también imputada por la convocatoria del 9-N.
EL MUNDO – 17/10/15