La dama negra de los GAL

A pesar de que ni el momento ni la coyuntura lo propiciaban, el principal periódico del suroeste francés dedicó a “la dama negra” de los GAL un reportaje sin nuevos datos y sin razón aparente. ¿Por qué?

La noticia original

DOMINIQUE THOMAS, FALSA RUBIA Y VERDADERA ASESINA A SUELDO

Una natural de Pau instalada en Andorra, Dominique Thomas, se puso el traje de la “asesina rubia” a sueldo de los Grupos Antiterroristas de Liberación. Antes de recibir un sobreseimiento parcial.

Desde 1983 hasta 1986, los Grupos Antiterroristas de Liberación, los GAL, asesinaron a 27 personas en territorio francés Hasta 10 años más tarde no se descubre el importante grado de implicación de los gobiernos francés y español. A los dos lados de la frontera, se empeñaron en encubrir los comportamientos de los escuadrones de la muerte en donde se mezclaban policías españoles y malhechores franceses. Sus objetivos: los militantes vascos de ETA refugiados en Francia o los simpatizantes del movimiento. Sin olvidar las victimas colaterales de sus numerosos errores.

Entre los episodios más trágicos de esta “guerra sucia” se encuentran en buen puesto los atentados perpetrados por la “asesina rubia de los GAL”. Que los españoles bautizaron como “la dama negra”.

Su epopeya mortal se inicia en Bayona el lunes 4 de marzo de 1985 a las 20,15 horas: Gotzon Zabeletta y Iosu Amantes, dos refugiados vascos que toman un vino en el bar Lagunekin, de la calle Pannecau, caen bajo las balas de una Winchester empuñada por una frágil silueta con pasamontañas. Salió bien: sólo están heridos de gravedad. Como lo será otro refugiado, en el bar Bittor, en Ciboure, tres semanas más tarde.

Peluca y manoletinas

El 14 de junio, la desconocida, tocada con una peluca rubia, mata por primera vez. Con dos cómplices ataca el bar Ttiki en Ciboure, conocido lugar de reunión de separatistas vascos. Provista de un arma automática, ametralla a todos. Mueren dos clientes totalmente ajenos a la comunidad vasca.

Dos semanas más tarde, el 26 de junio hacia las 23 horas, el refugiados vasco Santos Blanco Gonzales es abatido en pleno centro de Bayona. Los policías encuentran en las proximidades el revólver y casquillos y, más lejos, una granada y los efectos atribuidos a partir de ahora a la asesina rubia: un chándal, una peluca y un par de bailarinas del 37.

El escenario se reproduce aún dos veces más, el 8 de julio, siempre en el bar Bittor, y después el 3 de agosto, en un inmueble de San Juan de Luz. La peluca, el arma y la ropa son abandonados no lejos de allí. En un clima de violencia donde los atentados de los separatistas de ETA o de Iparetarrak(1) se suceden a los del GAL, el personaje de la asesina rubia alimenta los fantasmas y entristece el ambiente de la hora del aperitivo en los bares de la Petit-Bayonne, el barrio preferido por la comunidad vasca.

La policía atribuye a la asesina tres asesinatos y cinco heridos. En sólo seis meses. Hoy, el misterio continua porque la principal sospechosa, Dominique Thomas, interrogada en 1988, se benefició de un sobreseimiento parcial unos meses después de ser acusada.

Asunto de la sala de lo penal especial como para los malhechores marselleses reclutados por los GAL. Sólo una condena penal, en 1992, a cinco años de prisión por “asociación de malhechores y posesión de armas”.

Antes que ella, varias mujeres jóvenes resultan sospechosas. Especialmente después de la difusión del retrato-robot realizado por los policías. Los testigos habían descrito una silueta de adolescente, de 1,60 m., de unos treinta años, con pecas… La tiradora erró a menudo su objetivo pero dio muestras de una organización y de una sangre fría poco comunes. ¿Sería porque actuó a menudo a cara descubierta?

La investigación se orienta durante un tiempo hacia la viuda de un guardia civil víctima de ETA. Semejante perfil psicológico, animado por la venganza, puede corresponder al pedigrí de la asesina: poco dotada para el disparo pero metódica y dispuesta a todo. Una tesis no oficial relata que el dossier, confiado a la justicia española, despareció misteriosamente.

Un viejo del OAS

También tiro en falso después de la detención, en julio de 1987 en Biarritz, de una española de 34 años que acaba de hacerse enviar 5 millones de pesetas en efectivo por un dentista de Bilbao. Se le acusa de recoger el impuesto revolucionario para ETA, después se encuentra en su cuaderno de direcciones el nombre de Anai-Artea, asociación de ayuda a los refugiados y objetivo de los GAL. Aparecen sobre todo los datos de un comisario, antiguo jefe de al lucha antiterrorista, conocido por sus intervenciones a favor de miembros del Batallón Vasco-Español, antecesor de los GAL. La joven mujer es encarcelada pero puesta en libertad: según las autoridades españolas, su asunto corresponde al derecho ordinario.

Un año más tarde, la justicia se interesa por una joven mujer, Dominique Thomas, nacida en Pau, comerciante en Andorra y acusada por Christian Hitier. Este militante de extrema derecha y antiguo miembro del OAS es detenido después del descubrimiento de papeles falsos a su nombre en un escondite de los GAL cerca de Biriatou. Esconde también armas y municiones así como una peluca rubia y bailarinas del 37. Hitier identifica ante los policías a Dominique Thomas, con la que ha frecuentado en Andorra, como la asesina rubia.

Pasaron dos años desde que terminaron los atentados del GAL y las revelaciones aparecidas en la prensa española proporcionan una nueva luz a este dossier. En este contexto, Dominique Thomas se convierte en la sospechosa número uno. El comisario Pasotti, responsable de la policía judicial de Bayona, está convencido de haber puesto la manos encima de la mujer que se corresponde física y psicológicamente con el perfil buscado.

Cinturón negro de kárate

Nacida en Saigón, euroasiática, su legendario cabello rubio sólo proviene de las pelucas platino que camuflan su cabellera azabache. Deportiva, cinturón negro de kárate, eso le confiere las cualidades que definen a un asesino a sueldo. Otra coincidencia, es comerciante de trajes de cuero, y la asesina ha aparecido un varias ocasiones ataviada con pantalones o minifaldas de cuero negro.

Escuchada en marzo de 1988 por las policías francesa y andorrana, la joven mujer, que entonces tenía 31 años, niega toda participación en los atentados. Citada en Bayona varios meses después, ella continúan negándolo: su papel se había limitado al transporte armas por encargo de su amante, José Amedo Fouce.

Los jueces de Bayona descubren que el papel de ese policía corrupto y arisco, subcomisario en Bilbao y sargento reclutador por encargo de altos cargos del gobierno español.

Con los testimonios de miembros de los GAL sobre una mestiza asiática, esos manojos de presunciones permiten integrar a Dominique Thomas en el escenario reconstruido por los investigadores franceses. Muchos de esos indicios se basan, sin embargo, en los meses. Mientra que José Amedo Fouce es condenado en 1991 en España a ciento ocho años de prisión por su papel de fundador de los GAL, su antigua maestra, ella, finalmente no pasa más que catorce meses entre rejas, en concepto de detención provisional.


Pie de foto: el 4 de marzo de 1985, dos hombres resultaron heridos en el bar Lagunekin en Bayona. Es el inicio de la batida de la “asesina rubia”, de la que se difunden varios retratos robot. Dominique Thomas es la sospechosa antes de beneficiarse de un sobreseimiento parcial. Era la amante de José Amedo Fouce ( a la derecha), condenado en 1991 en España a ciento ocho años de prisión por ser el fundador de los GAL.

(1) Iparetarrak: organización clandestinaza creada en los 70 en el País Vasco francés. Dependiente de ETA, Iparetarrak atenta contra las administraciones en empresas del País Vasco francés en los años 80 y 90 y reivindica numerosos atentados con explosivos.

Véronique Fourcade, SUD-OUEST, 22/8/2010