La dispersión interna no ha hecho más que empezar

VICTORIA PREGO, EL MUNDO – 27/05/15

· Mucho se están agitando las aguas en el PP bajo la aparente calma en superficie que exhibe Mariano Rajoy. El golpe recibido el domingo es de una contundencia innegable para cualquiera con un mínimo de honestidad intelectual.

Y ha consistido en la pérdida de poder más extensa que se haya producido jamás en nuestro país. Se podrá argumentar que nunca hasta 2011 un partido había disfrutado de una hegemonía tan amplia y que, por lo tanto, no tiene nada de extraordinario que no la mantenga en el tiempo porque eso no se había dado nunca. Cierto, pero eso no suaviza la magnitud de la catástrofe padecida.

Y, por primera vez en la historia del partido que refundó Manuel Fraga cuando dio la alternativa a Aznar, los barones populares están anunciando por su cuenta, ignorando así la llamada a la calma de su presidente, la decisión de retirarse a fecha fija de la primera línea de la política y del partido.

El asunto es de una importancia capital porque evidencia la profundidad del daño sufrido por estos resultados y sus consecuencias: una dispersión interna que no ha hecho más que empezar. En definitiva, cada uno dice que va a tomar su camino sin tener en cuenta lo que diga o necesite Rajoy. Y eso supone una desautorización en toda regla de su ascendencia, que hasta ahora no se había discutido nunca.

El Partido Popular va a iniciar, ayer se vio con claridad, un relevo generacional a trompicones y al margen del control de su presidente, lo cual aboca al partido a un futuro incierto en un momento político que es víspera de unas elecciones generales trascendentales para esa formación y para España en general.

A los anuncios hechos ayer por Herrera, Bauzá, Fabra y Rudi, cuatro puntales del partido, se sumó la decisión de Esperanza Aguirre de ofrecer su cabeza al socialista Carmona a cambio de que sumara sus votos para impedir que Manuela Carmena se haga con la Alcaldía. Al margen del hecho de que recibiera un sonoro «no» por respuesta, lo que importa de lo anunciado por Aguirre y por los otros barones es que todas estas iniciativas se han tomado sin contar con Rajoy o, incluso, como respuesta decidida a la actitud pasiva mantenida por el presidente del PP tras las recientes elecciones.

Estamos ante una rebelión en toda regla: la renovación se va a hacer de todos modos, con o sin su control. Esa rebelión, ordenada y educada pero retadora al fin y al cabo, alcanza incluso a discutir la idoneidad del propio presidente como candidato del partido a las generales. Y ése es ya un paso insensato, fruto del shock padecido, pero que de ninguna manera les conviene dar en estas circunstancias. Rajoy es presidente porque obtuvo una mayoría aplastante en 2011 y sería del todo irresponsable que se intentara cambiar al caballo cuando se está acercando a la meta.

VICTORIA PREGO, EL MUNDO – 27/05/15