La escapada

EL MUNDO 24/07/13
SANTIAGO GONZÁLEZ

Seguramente a Dino Risi no se le ocurrió nunca la idea, ni se le pasó por el magín, pero cuando empezaba junto a Ettora Scola y Ruggero Maccari el guión de La escapada, dejó escapar un arranque impresionante: el golfo Gassman persuade al apocado Trintignant para que deje de estudiar y se suba a su descapotable. «En una Roma desierta en un ferragosto cualquiera», contextualiza una leyenda en la pantalla. Después de mostrar las calles de la ciudad vacías, la cámara debería haber entrado a unas viviendas, también vacías, con televisores encendidos que retransmiten para nadie una sesión parlamentaria a la que el primer ministro ha sido forzado por la oposición.
El presidente ha elegido fecha: el 1 de agosto, día en el que millones de españoles abarrotan las carreteras, camino del mar, la montaña o el pueblo de sus padres, lugares que a ser posible no cuesten dinero o en el que gastarse los últimos euros que les quedan.
Total, que Rajoy ha rectificado y esto ha sido aplaudido por los propios con tanto entusiasmo como el que ponían antes en apoyar su empecinado mutis. En justa reciprocidad, el primer partido de la oposición sigue exigiendo la dimisión del presidente antes de escuchar sus argumentos, porque nadie va al Parlamento a eso y va a dar igual lo que diga. El PSOE, ni siquiera va a corresponder a la gentileza presidencial de no apurar el compromiso de Rubalcaba con la moción de censura para ver resplandecer al candidato en toda su levedad. No conviene descartar la posibilidad que el ahorro del ridículo a su líder ma non troppo sea un motivo adicional para el ensañamiento socialista.
Tanto va a dar igual que ayer mismo mi querido Raúl del Pozo, que tiene hilo directo con el prisionero de Soto, anunciaba que hasta ahora es sólo fogueo, que las evidencias de cobros «aparecerán en el momento adecuado». Aunque no tuviera razón para negarse a comparecer, no le faltaban razones a Rajoy cuando dijo que prefería esperar a que saliera todo y entonces responder adecuadamente.
Hay algo en este asunto que recuerda a la cuidadosa administración que Diego Torres hacía de los centenares de correos que guardaba de Urdangarin y la parsimonia con que los filtraba, sin que el juez José Castro se incautara de sus ordenadores y se hiciera él con todos los correos para usarlos a favor de la Justicia, no de la estrategia procesal de Torres.
El juez Ruz está haciendo una instrucción ejemplar y su última medida ha sido librar una comisión rogatoria a Uruguay con el fin de conocer el estado de las cuentas de Bárcenas allí y conseguir, además, el bloqueo de dichas cuentas. Sin embargo, no debería ser tan difícil hacerse con todos los papeles a fin de que sea el juez quien administre la información de este asunto. Si el pronóstico de Raúl se cumple, el 3 de agosto podría ser el momento adecuado. El día 2 los diarios darán cuenta del Pleno y las informaciones, las propuestas, si las hubiere, las voces y las descalificaciones serán desplazadas por las nuevas revelaciones de L. B., qué dolor de papeles que ha de barrer el viento, que escribió el poeta.