EL MUNDO 03/02/15
· Artur Mas prevé gastar 20 millones sólo este año
El día después de la independencia, Cataluña aspira a poder funcionar como un Estado plenamente normal. Con ese objetivo, la Generalitat trabaja ya para contar desde ese mismo día con una red diplomática propia y activa que prevé que esté formada por un total de 50 embajadas repartidas por todo el mundo. En estos momentos cuenta con cinco delegaciones exteriores a pleno rendimiento y el Govern de Artur Mas quiere multiplicar por 10 su número.
La cifra, comparable a las que ostentan países cuyo modelo Mas siempre menciona como referente –Dinamarca, por ejemplo, cuenta con 76 embajadas–, supondría un incremento de 45 oficinas políticas respecto a las cinco que tiene ahora la Generalitat: Washington, Berlín, París, Londres y Bruselas.
El despliegue diplomático para la Cataluña independiente fue revelado ayer por el secretario de Asuntos Exteriores de la Generalitat, Roger Albinyana, y supone una de las cimas del plan elaborado para dotar a Cataluña de «estructuras de Estado». Según explicó el responsable de las relaciones internacionales del Govern, su hoja de ruta pasa por contar con el nuevo mapa geopolítico «en los próximos meses». Fuentes del Departamento de Presidencia consultadas por este diario señalaron, en todo caso, que el Govern «no cuenta con un horizonte temporal» concreto. El calendario dependerá de cómo avance el proceso soberanista, aunque las mismas fuentes descartaron que el plan pueda llevarse a cabo durante la actual legislatura, teniendo en cuenta que las elecciones al Parlament se celebrarán el 27 de septiembre.
La multiplicación de delegaciones en el extranjero que sean completamente autónomas de la red diplomática española es, precisamente, uno de los acuerdos que alcanzaron CiU y ERC para prolongar hasta septiembre la supervivencia del Govern de Mas. De hecho, en el proyecto de los Presupuestos para el ejercicio de 2015 se ha incrementado más de un 12% la dotación para el área de Cooperación y Exteriores, que en total asciende a 19,7 millones de euros.
La Generalitat cuenta en la actualidad con 70 oficinas de representación propia en el exterior, pero la gran mayoría son de carácter económico y cultural. La representación política internacional se limita a las cinco embajadas citadas, situadas en Estados Unidos, Francia, Alemania, Reino Unido y Bélgica.
A ellas se sumarán en los próximos meses otras dos embajadas en Italia y Austria, cuyos delegados en Roma y Viena –Luca Bellizzi y Adams Casals, respectivamente– tomaron ayer posesión de sus cargos. Durante su nombramiento se comprometieron explícitamente a «establecer un canal de comunicación directa y sin intermediarios en relación con el proceso político catalán con los gobiernos italiano y austriaco».
A dichas delegaciones cabe sumar también la extensa red de oficinas sectoriales que trabajan para lograr inversiones en el extranjero –Acció–; fomentar y promover el uso de la lengua y la cultura catalanas –Institut Ramon Llull y el Instititut Català de les Empreses Culturals–, además de las 10 oficinas de la Agencia Catalana de Turismo y las cuatro con las que cuenta la Agencia Catalana de Cooperación Internacional.
Según explicaron fuentes de Presidencia, las nuevas 45 embajadas nacerán de la fusión de esa red de oficinas, ahora dispersa, para «rebajar su coste y hacerlas más operativas».
Desde que en 2012 tomara cuerpo el actual proceso soberanista, la representación en el exterior ha sido una de las prioridades de sus promotores –esencialmente Convergència y ERC– para que, en el impasse de contar con el resto de estructuras de Estado, las embajadas catalanas y sus responsables sean capaces de sustituir a los embajadores españoles.
En el marco de ese plan, además de nombrar a sus nuevos máximos representantes en Italia y Austria, el Govern trabaja también para abrir sedes en países en el norte y el este de Europa, además de estudiar la posibilidad de acudir también a China. Cabe recordar que a principios de año reforzaron su delegación en Bruselas con la incorporación de Amadeu Altafaj, que fue portavoz y jefe adjunto del gabinete del entonces vicepresidente económico de la Comisión Europea Olli Rehn.