Una de las claves de nuestras dificultades para explicar el momento presente está en una sentencia de Mark Twain: “Nunca discutas con un imbécil. Te bajará a su nivel y allí te ganará por experiencia”. Así las cosas el lector bienintencionado entenderá la razón de que Pedro Sánchez  haya ejercido su poderosa cualidad de cazatalentos. Yolanda Díaz, por ejemplo., que en las últimas semanas no ha dejado de prodigarse, desde aquel sorprendente viaje de hace un mes para visitar al fugitivo de Waterloo y mostrar a todo el mundo su sorprendente y absurda alegría por el encuentro. Ella dejó constancia de su nivel al revelar que cuando lleva a si niña al colegio y los padres y las madres me dan las gracias porque saben lo que estoy haciendo. Y es en Madrid. ¡Es en Madrid!” La niña, que debe de salir a mamá, le cuenta que cuando habla a sus amiguitas del horizonte no saben de qué habla porque en Madrid no tienen mar. Ustedes tienen el Mediterráneo (estaba hablando en Barcelona) levantan la mirada y ven el horizonte. Mirar el horizonte es clave para poder cambiar la vida de la gente”. Y eso sin subir al cohete.

Ahora, parece que esta pobre mujer se ha propuesto batir a Pedro Sánchez en su terreno y anuncia que la semana que viene va a proponer esa medida de la que usted me habla, (pero que no quiere citar) que habría dicho Mariano Rajoy. Ella va a amnistiar todos los delitos cometidos desde 2013, ti anto por los golpistas como por los policías imputados por las cargas del 1-O, salvo en los casos en los que se produjeran atentados contra integridad moral, al entender que los agentes actuaron con ensañamiento. En mi opinión el comportamiento de las fuerzas de seguridad, los llamados ‘piolines’ por los golpistas y su cómplice principal, el presidente del Gobierno, fue ejemplar en todo momento. Los atentados contra la integridad moral deben de referirse al presunto calvario de Marta Dedos Rotos, a la que no solo rompieron los dedos sino que le sobaron las tetas.

No sabe Yolanda Díaz lo difícil que lo tiene para batir a Pedro Sánchez en su especialidad, que es ningunear al Rey y a su familia. Ya sabemos que el psicópata de La Moncloa no estará en Zaragoza para asistir a la jura de bandera de la princesa Leonor, porque, ya es fatalidad, a esa misma hora se ha hecho programar un mitin de su partido en Granada. Es de suponer que para poder hacer el viaje de gañote en el Falcon habrá preprogrsaamado una visita a alguna empresa amiga una hora antes.

Este tipo se hizo acompañar por 90 policías a una entrevista en El Hormiguero, según le contó Pablo Motos a Miguel Ángel Revilla ante las cámaras. También fue muy notable el alarde que se marcó en Granada, donde se hizo acompañar por un convoy de 16 vehículos. Solo por comparar: el presidente de la República Francesa, Emmanuel Macron llevaba seis coches, aunque es Jefe de Estado. Esa es la secreta añoranza de Sánchez que ayer cometió otra vez un error de protocolo al caminar por delante del Rey bajando unas escaleras. Es una especialidad de la casa. Ya lo hizo durante la inauguración del AVE a Murcia al tomar la delantera a Felipe VI y entrar antes que él en el vagón.

Qué grande Mark Twain y qué preciso, sin haber llegado a conocer a Pedro Sánchez.