Tonia Etxarri-El Correo
En las últimas 48 horas, justo cuando ya los electores vascos y gallegos se han pronunciado en las urnas, han aparecido sondeos de intención de voto. Pero como no hay en perspectiva un proceso de elecciones generales, ¿qué sentido tienen ahora las encuestas salvo la reafirmación propia y la subida de la moral de los convencidos? El centro de Michavila, GAD3, estuvo bastante ajustado en sus previsiones sobre los comicios autonómicos del 12-J. No puede presumir de lo mismo el CIS de Tezanos, que llegó a augurar que el popular Iturgaiz no iba a pasar del 2,8% y, por lo tanto, iba a desaparecer del mapa.
Porque estará en el Parlamento vasco, a un asiento de diferencia de Elkarrekin Podemos. A cada cual, lo suyo. El caso es que Tezanos le da otro empujón a Sánchez. Le aúpa hasta el 32,1% de intención de voto. Nada menos que cuatro puntos por encima de los que obtuvo en las elecciones del 10-N. Y, pese al fracaso en Galicia y el País Vasco, a Iglesias lo deja subido en el podio del 12,1%. Todo un récord. Lejos de sufrir desgaste por la cuestionada gestión de la crisis sanitaria Pedro y Pablo ven fortalecida su posición. Juntos, con cuatro puntos más de los que obtuvieron en las últimas elecciones.
¿Qué más pueden pedir si fuera cierto el panorama diseñado por el oráculo de Tezanos? Al PP lo mantiene a casi 11 puntos de diferencia del PSOE. Y a Vox lo castiga desalojándolo del tercer puesto en el Congreso. Esa fuerza que Otegi quiere «expulsar» del País Vasco porque le vota la Guardia Civil. ETA asesinó a cientos de funcionarios en los años de plomo. Ahora Bildu quiere echarlos de una tierra que considera de su propiedad. Así está el mundo de la democracia en la izquierda abertzale.
El centro de Michavila, GAD3, perfila un panorama opuesto al del CIS. Con el PSOE logrando un 29,1% pero con el PP ganándole en escaños. Una victoria que se explicaría por el descenso de Ciudadanos y Vox. Así es que, aparte de la victoria de Feijóo, no está Casado para tirar cohetes en un PP en donde se acaba de abrir el debate sobre la conveniencia de ir en coalición con Ciudadanos en las próximas elecciones en Cataluña.
Desde el 12-J, ni Sánchez ni Iglesias se han extendido en autocríticas por sus malos resultados electorales. El descalabro económico le pondrá en dificultades a Sánchez. Ayer ya recibió el aviso de la UE, que le exige mantener la reforma laboral (la misma que se quiere ‘cargar’ Podemos y cuya derogación pactó con Bildu). Puede que necesiten elevar la moral. Pero, aparte de nutrirse de sondeos, deberían anotar que a la sociedad lo que le preocupa de verdad son los efectos del Covid 19 este verano. En nuestra salud, la economía y el trabajo. Lo demás, son batallitas.