JORGE BUSTOS-EL MUNDO

El problema es usted, señor Sánchez. Su Persona. Federico siempre me dice que no, que el problema es el PSOE mismo, pero yo creo que Page no hubiera hecho esa moción de censura. Ni la cumbre de Pedralbes. Ni habría legitimado a Bildu. Ni demonizado a Cs. El PSOE padeció a Zapatero, pero aún dio a Javier Fernández. Hoy el escollo de España, la piedra en la que España tropieza una y otra vez desde 2016, se llama Pedro. Y sobre su jeta de feldespato, donde la crispación mandibular esculpe abdominales fuera de sitio en las fotos de perfil, se levanta la iglesia sanchista, secta de Estado entregada al apostolado de la discordia. O usted o el caos.

Qué envejecido se le vio en la investidura, señor Sánchez. Qué meteórico deterioro. Una cana por cada no, una arruga por cada alarde de resistencia. Y de fondo el murmullo secreto del motor que le mueve: la revancha. Tachar cada noche otro palito en la pared de Moncloa y clavar otro alfiler en el muñeco vudú de los que decían que no valía. Cómo se parecían el jueves sus ojos vidriosos a los de aquel octubre en Ferraz.

No hable de convicciones, por Dios. Usted habla de principios como Nacho Vidal hablaría de castidad. Ha cambiado tantas veces de criterio que en Twitter ya son legendarias las broncas de Pedro Sánchez a Pedro Sánchez. Por eso nadie se fía de usted: ni la izquierda ni la derecha ni el centro. Hasta los socialdemócratas europeos le consideran un fraude tras la envolvente de Macron con Merkel. Solo le defienden los separatistas, y por interés. Usted es la única razón de que no podamos creer en la abstención de PP o Cs; en abstracto, sin duda, la mejor opción para España. Pero la política no opera en el vacío. Y usted lo ha ocupado todo. Váyase y en un par de días habrá sobre la mesa tres coaliciones diferentes o cuatro fórmulas de cooperación. Deje que España compruebe que el problema era usted. Votaron muchos al PSOE, sí, pero no se engañe: sobre todo votaban contra Vox.

Su lugar en la historia se lo garantizan no solo sus actos sino la escuela cizañera y vetocrática que ha creado. Cuando salga del complejo monclovita no tengo ninguna duda de que va a ser el expresidente más apestado de la historia de la democracia. Ni en Venezuela le harán un hueco. Porque a usted nadie le quiere ni le conoce una idea ni le reconoce un carisma. A usted solo le ponen el cazo. Revilla le da un sí por el AVE. Rufián le sermonea por un indulto. Y usted mira en el móvil el tiempo que hará en Doñana.

Pero usted se irá, y con suerte se quedarán los pájaros cantando. Y es posible –solo entonces será posible– que este país deje de ser el pantano de vetos que usted inauguró como el Franco de sus ficciones góticas. Váyase, Sánchez. O quédese donde está. Como el de Cuelgamuros. Y siga fracasando.