EDURNE URIARTE – ABC – 13/10/15
· Mas sabe de la enorme división entre quienes le tienen que aplicar la ley cuando comience su intento de secesión.
No creo que se deba a la escasa costumbre nacional de leer textos en inglés. Me parece más bien que se trata de esa tendencia tan humana de ponerse una venda en los ojos. De evitar los problemas. De imaginar que el azar o un pequeño milagro los solucionará. De ahí que los líderes políticos lleven varios ocupándose de las exigencias de la CUP para apoyar a Junts pel Sí, pero hayan ignorado olímpicamente el artículo de Artur Mas en la revista «Politico» («Catalonia is an opportunity, not a problem», www.politico.eu).
Y que tanto la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, como la líder de Ciudadanos, Inés Arrimadas, entre otros, hayan pedido a Mas que no ceda a las exigencias de la CUP. Obviando el dato fundamental de que las exigencias de CUP coinciden con la voluntad del propio Artur Mas, ratificada en dicho artículo en inglés en la revista «Politico», un artículo publicado precisamente unas horas después de las condiciones impuestas por la CUP.
Me refiero a las exigencias sobre la secesión, por supuesto. No a las económicas y sociales, claro está. En tales materias, la CUP representa la extrema izquierda como la representan en el País Vasco los diferentes grupos proetarras. Y una buena parte de Junts pel Sí, Convergencia, es tan de derechas o más que el PP en materia económica y social. Pero si se ha aliado con otro partido de extrema izquierda, Esquerra Republicana, y ha roto con un partido como Unió es precisamente porque priman los objetivos nacionalistas sobre cualquier otra cuestión.
Lo anterior es una obviedad política, pero resulta que hay que volver a aclararla estos días ante tanta ingenua apelación a no sé qué sensatez de Artur Mas. Como si los de la CUP tuvieran alguna diferencia sustancial con los de Esquerra, con los mismos con los que Mas se ha presentado a las elecciones. Y, sobre todo, como si hubiera alguna distancia real entre lo exigido por la CUP y lo manifestado por Mas en el artículo citado.
Si nos quitamos de una vez la venda y nos leemos el artículo de este viernes pasado, veremos que Mas anuncia su intención de seguir adelante con la ruptura porque, argumenta, el independentismo tiene la mayoría absoluta de escaños para llevarla adelante, y porque, dice también, el independentismo ha ganado el plebiscito. Tiene en contra la ley, por supuesto. Pero Mas lleva años incumpliendo la ley sin que le pase absolutamente nada, y también lo sabe.
Y, sobre todo, Mas sabe de la enorme división entre quienes le tienen que aplicar la ley cuando comience su intento de secesión. Con el añadido del posible Gobierno débil y con frágil apoyo parlamentario que saldrá de las elecciones generales. Y seguiríamos con la división, aun con un más que improbable Gobierno del PP con mayoría absoluta. Con una derecha que difícilmente tendrá el apoyo de la izquierda para aplicar la ley a los secesionistas. Si hasta Ciudadanos se ha opuesto a una reforma del Constitucional para garantizar esa aplicación, hagámonos una idea del panorama. Y de la lectura de impunidad que está haciendo Artur Mas en el diseño de su estrategia.
Es momento de una respuesta a esa declaración de intenciones, en forma de consenso entre PP, PSOE y Ciudadanos. Y no de la enésima venda en los ojos, imaginando ahora una fractura entre Mas y CUP que no es tal en cuanto a secesión se refiere.
EDURNE URIARTE – ABC – 13/10/15