La vuelta a la tortilla

ANTONIO BURGOS-ABC

  • Sánchez quiere darle la vuelta a la tortilla de la propia ‘foto de la tortilla’

No hay fotografía de la fundación del PSOE por Pablo Iglesias (el de la gorra, no el de Podemos) en una taberna de Madrid, en Casa Labra, pero sí de su refundación por el entonces llamado «sector renovado» en 1974, en Suresnes. La antológica foto, paradójicamente, no corresponde a la localidad francesa, sino a los pinares sevillanos de La Puebla del Río, y fue tomada poco antes de Suresnes por Manuel del Valle con la cámara de Pablo Juliá. Es una reunión de jóvenes en una comida campestre y en ella aparecen los que habían de protagonizar el cambio político tras la muerte de Franco en la cama y el fin de la dictadura, restauradas las libertades por el Rey Don Juan Carlos. En esa foto aparecen los que poco después estarían en la ventana del Palace celebrando la victoria del PSOE por mayoría absoluta en octubre de 1982 y dirigiendo el cambio de España hacia la democracia, tras la descomposición de la UCD de Suárez. Me estoy refiriendo a la conocida como ‘foto de la tortilla’, documento para la prehistoria de la ascensión al poder de González y Guerra.

Los jóvenes de la foto de los pinares de La Puebla querían darle la vuelta a la tortilla de España y se la dieron, escuchando los deseos del pueblo. Guerra dijo por aquellos años que no iba a conocer a España ni la madre que la parió, y así fue en pocos años, de prosperidad y avances, y más contemplados ahora desde las presentes circunstancias de grave preocupación por nuestro futuro. Pero lo que no podíamos ni pensar es que, andando los años, muchos militantes socialistas iban a renegar de aquel partido histórico y a desprestigiar a González y a Guerra por todos los medios del copo del poder y de los medios que han hecho, renunciando a sus principios refundacionales e incluso a la Constitución de 1978 de la que en bastante medida fueron padres.

El mundo y España dan tantas vueltas que en aquellos meses finales del franquismo nadie podía imaginar que llegaría el día en que el propio PSOE renovado por los jóvenes del interior en Suresnes iba a renegar de dos figuras históricas como, queramos o no, son González y Guerra. Y todo por defender la supremacía de la Constitución, su letra y su espíritu, la unidad de España, la igualdad de derechos entre los ciudadanos de todas las regiones, la negación de la amnistía y del pretendido derecho de autodeterminación de los partidos separatistas. Los valores, en fin, que niegan los del devenido en Partido Sanchista, que con tal de permanecer en el poder han olvidado todos los que defendían aquellos promotores e impulsores del cambio y se han entregado en manos de unas minorías que no representan la voluntad de la mayoría.

Con tal de permanecer en el poder que tan lícita y democráticamente conquistó el partido que hasta entonces era el PSOE, Sánchez quiere darle la vuelta a la tortilla de la propia ‘foto de la tortilla’, empezando por la descalificación de González y de Guerra y de todo cuanto significó para España el cambio en el que profundizaron. Como si estuviera en Tailandia, parece que Sánchez ha comprado un ‘kit de descuartizamiento’ de España.