IGNACIO MARCO-GARDOQUI-EL CORREO

No quería una noticia buena que nos devolviese la esperanza? ¿No estaba ya harto de tanta amargura y de tanto dato negativo? Pues aquí la tiene, el PIB ha crecido un histórico 16,7% en el tercer trimestre. Además se crearon 570.000 puestos de trabajo y volvieron al tajo un 80% de las personas que estaban cobijadas al amparo de los ERTE. Cuando leí la noticia pensé que Tezanos se había cambiado del CIS al INE, pero parece que no, todo debe de ser consecuencia de que el consumo interno se ha recuperado mucho y ha sido capaz incluso de sustituir a la caída evidente del turismo inexistente. Cómo será la cosa que hemos superado con creces el dato europeo, que se ha quedado en un mucho más modesto 12,7%. Bueno, le aconsejo que si solo quiere lo bueno deje inmediatamente de leer este comentario y se conforme con lo ya visto. Es suficiente.

¿Sigue? Bueno, pero luego no se queje, está avisado. La subida es intertrimestral; es decir, surge de la comparación entre lo subido en el tercer trimestre con lo bajado en el segundo que, como recordará, fue algo histórico. Fue tan horrible -un 17,8%- que, si hacemos la comparación interanunal -es decir, entre el acumulado a septiembre de 2020 con el de septiembre de 2019-, nos queda aún un tramo negativo del -8,7%.

Y luego está la convicción de que el cuarto de trimestre, por el que deambulamos ahora, volverá a ser horrible dado que las restricciones a la movilidad han vuelto a ser severas por causa de la imparable expansión de los contagios. Todos los dirigentes europeos se han puesto de acuerdo en endurecer la situación en noviembre con la esperanza de poder aflojar en diciembre y no echar por tierra las fiestas de Navidad, como ya hicimos con la Semana Santa y las fiestas patronales de todas las ciudades. Así que para calibrar bien el daño producido por el maldito bicho, debemos esperar a terminar el ejercicio o quizás mejor a que pase el primer trimestre del 2021, que tiene una pinta malísima con el final (¿?) de los ERTE y las apreturas de los créditos concedidos para alivio de las tesorerías.

Y luego está lo de la factura que estamos pagando en esta lucha despiadada. El déficit publico acumulado a septiembre ha sido del 7,07%, que medido en euros supone nada menos que 78.100 millones. Una bagatela, pura calderilla. Si lo comparamos con el del año anterior, que fue de poco más del 2%, unos 25.000 millones, veremos que hemos tenido que emplear (iba a decir gastar, pero me he cortado) más de 50.000 millones para lograr que el PIB caiga solo el 8,7% entre mediados de marzo y septiembre. No haga la cuenta, que para estamos. Son 5.747,1 millones el punto de caída. El cálculo no sirve para nada, pero ¿a que asusta?