Lo nuevo es una rutina

DAVID GISTAU – ABC – 20/07/16

· Arranca la Legislatura sin apenas rastro del «show» del que Podemos hizo alarde el pasado enero.

El número de legislaturas de nuestra democracia va casi parejo con el de copas de Europa ganadas por el Real Madrid: arrancamos la XII, una vez fallida la Undécima, que fue el gran gatillazo de la España que debía emerger de la costumbre pendular del bipartidismo pero que sólo habrá servido, de tanto repetirla, para hacernos larga y plomiza la liturgia parlamentaria del voto en mano con llamada por orden alfabético. Si hubiera hierba, se la vería crecer, como en las películas de Eric Rohmer. A una tercera constitución de la cámara ya nos traeríamos lectura y/o iPod. O a Erdogan, nos traeríamos a Erdogan, para que hiciera ¡bu! desde la tribuna.

El sistema inmunológico del régimen es astuto: no agrede lo nuevo, como si se tratara de un tumor, sino que lo mimetiza hasta que se vuelve indistinguible de lo viejo. Así, Podemos, cuya entrada en la XII fue rutinaria, sin apenas sentido del «show», sin grandes teatralizaciones, sin bebés de atrezo, sin esa emoción, como de primer día de clase bajo la bóveda de la patria, que antaño palpitaba en los diputados recientes cuando salían a fumar al patio con una actitud por la que se habría dicho que iban a mandarse los unos a los otros notitas de amor. Eso acabó. Esta gente ya es veterana. Tiene adquirido hasta el automatismo de los escaños en propiedad, pues esta vez se sentaron todos en los que ya tenían en vez de reservarlos con figuración, como quien coloca toalla en Levante y se va a desayunar.

La llegada al Congreso

Aparte de las adendas en las promesas del cargo, donde el premio a la chorrada de lirismo macondiano fue para la oda a la cabaña bovina de Bescansa –el «Viento del Pueblo» reducido a una versión aerofágica–, la gran expectativa relativa a lo excéntrico era Cañamero. No en vano, se trataba de su primera vez, así que él sí podía necesitar hacer una gran entrada, como «stripper» saliendo de una tarta. Tan krausista de espacios ventilados y de bucolismo antiurbano, el hombre andaba por los pasillos algo despistado. Un poco como Tarzán en Nueva York. O como uno de aquellos personajes de Fellini que representaban la migración italiana del campo a la ciudad para degenerar a lumpen urbano en la generación siguiente.

O como aquel Pascual Duarte de Cela que, cuando visitaba Madrid, siempre se asombraba de que los hombres en la calle se insultaran sin llegar jamás a las manos: no como ese Bódalo que Cañamero llevaba en la camiseta transformado en un Che improbable de quien se dignifica que plaque embarazadas como en el rugby y que resuelva a «guantás» las dialécticas doctrinales. Decía Foxá que le gustaban los toros porque traían el campo a la ciudad. Cañamero también lo hace, así que ahora podremos conocer el hermoso paisaje rural de las Españas sin alejarnos del aire acondicionado de la Carrera de San Jerónimo. ¡Hurra! Andrea Levy, tan «indie» y tan cargada de futuro, aprovechó la campaña para conocer esa España y trabó contacto hasta con un «récordman» regional de lanzamiento mediante escupitajo de hueso de aceituna.

Salió elegida presidenta, en segunda votación, Ana Pastor, una política competente, sin reyertas ideológicas ni malos modos en su haber, muy apreciada por quienes frecuentan el ámbito parlamentario.

XII Legislatura

Una dignísima tercera autoridad del Estado que, según el optimismo que ayer se respiraba, no será triturada, como López, por el fracaso de una legislatura fugaz. Aunque un parlamentario veterano decía ayer que si estos políticos hubieran estado en el 77 aún tendríamos sin cerrar el franquismo, la sensación es que el pacto por la mesa prefigura una investidura, más allá de la capacidad ejecutiva que tenga el gobierno resultante. Y más allá también de que los diez votos nacionalistas hagan que el PP vuelva a descubrir «socios naturales» en aquel partido sobre el cual hace sólo diez minutos iba a recaer por traición todo el peso del Estado, conspiraciones de cloaca incluidas. La gente de Homs, el vocinglero Homs, el «Braveheart» de Homs: otro normalizado por el sistema para poder arrancar la XII.

DAVID GISTAU – ABC – 20/07/16