López y los diputados generales evidencian sus diferencias pero no descartan acuerdos

EL CORREO, 21/7/11

El lehendakari pide a los responsables forales en su primer encuentro oficial superar la «inercia de la discrepancia»

Patxi López se reunió ayer con los tres diputados generales en una escena inédita y, sobre todo, protocolaria. Era su primer encuentro oficial tras las elecciones del 22-M y sirvió para escenificar la complejidad de un país con un lehendakari del PSE y tres mandatarios forales del PNV, Bildu y PP, todos ellos con su correspondiente listado de competencias y planteamientos muy distantes, por no decir opuestos, en algunas materias como la fiscal. No hubo grandes pactos porque tampoco se esperaban. En sus comparecencias públicas todos mostraron su voluntad de llegar a acuerdos, todos -con matices- dejaron la puerta abierta al entendimiento. Se cuidaron las formas. Otra cosa es el fondo del debate, porque las posibilidades de que los cuatro partidos alcancen un mínimo consenso se antojan muy escasas, por no decir imposibles.

El lehendakari fue recibiendo a los diputados generales a partir de las diez de la mañana, cuando José Luis Bilbao llegó a la sede de la Presidencia vasca. Con una cadencia de hora y media de separación, posteriormente entraron Martin Garitano y Javier de Andrés. Hubo una aparente cordialidad. A todos ellos les fue recibiendo el secretario general de la Presidencia, Manuel Salinero, que les acompañó hasta el despacho del jefe del Ejecutivo autónomo. Las tres citas rondaron la hora de duración.

López se encontraba delante de una escena que espera que le dé réditos políticos y afiance su apuesta por aparecer ante la sociedad como el «cauce central» del País Vasco. Un intento por reforzar su liderazgo y tomar la iniciativa a menos de dos años de que acabe la legislatura.

El paso dado también conlleva sus riesgos, ya que si todas las propuestas detalladas ayer por el lehendakari son rechazadas, su figura, más que fortalecida, puede resultar dañada. Aun así, y admitiendo que su poder competencial es limitado -en materia fiscal todo recae en las diputaciones-, López considera que el gesto era necesario para demostrar que tiene margen de maniobra suficiente para hacer política.

Ayer volvió a insistir en su mensaje de «tres territorios y un solo país», pidió anteponer «el esfuerzo del acuerdo a la inercia de la discrepancia» y aseguró haber visto «buena voluntad» en todos sus interlocutores. A los tres diputados les entregó un documento de 21 folios centrado en cuatro áreas. La primera, un compromiso por el empleo y la reactivación económica. La oferta no estaba muy detallada, entre otras cuestiones, porque el Gobierno está elaborando un plan sobre esta materia que concretará en septiembre.

El segundo epígrafe estaba centrado en las políticas sociales, con el objetivo de adecuarlas al nuevo escenario presupuestario y evitar el fraude; y el tercero, en la eliminación de duplicidades entre las diferentes instituciones. En lo que se refiere a esta cuestión, el Gobierno, como recordó López, tiene un mandato del Parlamento para presentar un informe detallado. Lo que hizo López fue invitar a las diputaciones a sumarse a este análisis. El lehendakari destacó que sobre estas tres primeras materias había observado cierta disposición por parte de los entes forales.

«Modificable»

Muy diferente fue el apartado fiscal, donde el Ejecutivo aboga por una recaudación «más equitativa y justa». López planteó, entre otras medidas, recuperar «un nuevo Impuesto sobre el Patrimonio, así como modificar algunas deducciones.

Fue el punto más detallado de todo el documento y, seguramente, donde las opciones de alcanzar un acuerdo están más lejanas. Aunque los tres diputados generales no cerraron la puerta al entendimiento, la realidad es muy diferente. Las posiciones están muy enfrentadas. Simplificando, en un lado estarían PNV y PP, y en el otro PSE y Bildu. El único gesto público de cruzar el puente lo dio De Andrés, al anunciar que había presentado «una propuesta concreta contra el fraude fiscal». «Hemos incluido algunas ideas que no se habían realizado hasta ahora como planes conjuntos de inspección de las administraciones públicas, y la colaboración en la transmisión de información entre diputaciones, Gobierno y ayuntamientos», dijo el máximo responsable de la institución foral alavesa. En principio, esta declaración podría coincidir con el plan anunciado hace escasos días por los socialistas vascos. Pero tampoco está claro que la coincidencia sea absoluta. Además, es donde el Ejecutivo tiene las manos más atadas al carecer de competencias.

Aun así, López está convencido de que se pueden dar pasos para alcanzar un mínimo común denominador. Ayer se esforzó en insistir en que su propuesta está abierta y es «modificable». Será a partir de septiembre cuando diferentes «equipos técnicos» tanto del Gobierno como de las diputaciones intenten desbrozar lo presentado en Lehendakaritza.

También será entonces cuando comience el juego político y se demuestre si las declaraciones hablando de «cordialidad» y de disposición para llegar a acuerdos son reales o formaban parte de la escenificación.

Durante su intervención ante los periodistas, el lehendakari rechazó que le beneficie el nuevo mapa electoral. Ya no se enfrenta a tres diputados del PNV, sino a tres fuerzas diferentes, un enemigo dividido que da a su Gobierno, según indicó López, «garantía de sentido de país».

EL CORREO, 21/7/11