EL MUNDO 10/02/14
· Informes policiales revelan una estrategia para radicalizar protestas de origen cívico
Las Fuerzas y Cuerpos de la Seguridad del Estado manejan informes en los que muestran su preocupación por una serie de movimientos que se han detectado en los grupos antisistema y que sugieren que están desarrollando una estrategia para aprovechar el efecto que tuvieron las protestas violentas en el barrio de Gamonal (Burgos), con el objetivo de desnaturalizar y radicalizar iniciativas de movilización ciudadana que son cívicas en su origen.
El alcalde de Burgos, Javier Lacalle (PP), aceptó someterse a paralizar las obras de un bulevar en la avenida de Vitoria y, finalmente, a retirar el proyecto –que figuraba en su programa electoral–, después de que las concentraciones inicialmente pacíficas de una parte de los vecinos acabasen deviniendo en graves incidentes de orden público que alcanzaron una gran repercusión mediática.
Los informes de las fuerzas de seguridad identifican a la Coordinadora 25-S –que organizó en Madrid la convocatoria Rodea el Congreso, que terminó con un enfrentamiento entre grupos de radicales y la Policía– y, en concreto, a una de sus principales integrantes, la formación Izquierda Castellana, en el papel de liderazgo de esa táctica. Ésta consistiría en infiltrarse en movimientos cívicos, derivados muchos de ellos del 15-M, para inocular la idea de que la violencia es un medio adecuado para acelerar el cumplimiento de sus reivindicaciones.
Entre las organizaciones afines que estarían introduciéndose en reuniones y asambleas para radicalizar iniciativas pacíficas, las Fuerzas de Seguridad del Estado citan a Mareas Ciudadanas, Alternativa Republicana de Madrid, Corriente Roja, Stop Represión Granada, el Frente de Acción Estudiantil, Izquierda Anticapitalista, la Unión de Juventudes Comunistas de España, En Lucha, Yo no pago, Resaca Castellana y Yesca (que son las juventudes de Izquierda Castellana).
Como ejecutores de la violencia –«fuerza de choque», según los informes–, se señala al llamado Bloque Juvenil Anticapitalista, que integrarían grupos como los Bukaneros (los hooligans del Rayo Vallecano), el colectivo de Moratalaz Distrito 14 y AK-47, que recurrirían para conseguir sus objetivos a maniobras de black blocs. Se trata de enfrentarse en bloque a las Fuerzas de Seguridad, formando una masa como si fuese un solo sujeto, con sus integrantes vestidos de negro para dificultar su identificación. A través de esta fórmula se reventó, por ejemplo, la manifestación Rodea el Congreso en la plaza de Cánovas de Madrid.
Los informes recogen que la estrategia se dirigiría a la «desestabilización del Estado de Derecho» y a desprestigiar a sus Fuerzas de Seguridad, y también que se alimenta, en parte, de contactos con organizaciones del entorno de la izquierda abertzale y con otras como Femen o vinculadas a las redes de apoyo a los regímenes de Cuba o Venezuela.
La preocupación es que estos movimientos se intensifiquen en los próximos meses, no tanto por la cercanía de las elecciones europeas como para aprovechar el impacto positivo para sus intereses que creen ver en el efecto Gamonal.
El efecto dominó es lo que más temen ahora los especialistas. En el horizonte, según los informes, se teme un proceso de radicalización similar al que tuvo Resistencia Galega, si bien se matiza que se ve todavía muy lejana la posibilidad de que lleguen a ejecutarse acciones similares. La intención de los analistas de la seguridad del Estado sería hacer un seguimiento intensivo que evite la evolución de esos grupos hacia objetivos violentos de mayor calado que los perseguidos hasta ahora.
Precisamente, el sábado estos grupos organizados en torno a la Coordinadora 25-S protagonizaron una manifestación en Madrid contra la nueva Ley de Seguridad Ciudadana, que una vez más terminó en incidentes. Ocho personas fueron detenidas y tres de ellas pasaron ayer a disposición judicial, informa Efe.