Los desafíos de la Ertzaintza ‘cercana’

EL CORREO 07/07/13

· Repaso a las dificultades que entrañan los cambios para adaptar la Policía vasca al fin de ETA.

Han pasado ya más de seis meses desde que el Gobierno vasco puso en marcha un plan estratégico con el objetivo de adaptar las estructuras y el funcionamiento diario de la Ertzaintza al nuevo tiempo abierto en Euskadi con el final del terrorismo de ETA. El Departamento de Seguridad articuló este proyecto con la idea de que en 2016, una vez terminada la legislatura, la Policía vasca se distinga por contar con un importante nivel de «reconocimiento social», que deberá estar sustentado en dos pilares básicos como son la «eficacia» y la «cercanía». La consejería que dirige Estefanía Beltrán de Heredia está convencida de que la materialización de estos solemnes objetivos pasa por propiciar una serie de cambios internos en aspectos básicos de la organización policial que han permanecido intactos durante décadas. Algunas de estas medidas han suscitado dudas entre los agentes y han sido recibidas con duras críticas por parte de los sindicatos. El Ejecutivo, por su parte, se muestra satisfecho de los avances realizados hasta ahora y mantiene que se están cumpliendo los «retos de manera razonable». Lo que sigue a continuación es un repaso a los principales problemas y desafíos a los que se enfrenta la policía de «proximidad». Una revisión acompañada de las opiniones del viceconsejero de Seguridad, Josu Zubiaga.

La unidad de Tráfico. Una de las peor valoradas

En los informes que elabora el Ararteko anualmente, la unidad de Tráfico suele aparecer como uno de los servicios de la Ertzaintza peor valorados por la ciudadanía. La labor de una parte de este colectivo en Bizkaia también ha sido objeto de críticas a nivel interno en los últimos meses e incluso ha llevado a los tribunales a algunos ertzainas, denunciados por compañeros y mandos por «perseguir y multar a otros agentes para saldar cuentas personales». El viceconsejero de Seguridad interpreta que la mala consideración ciudadana puede deberse también a que su labor se asocia con las denuncias de tráfico. Zubiaga, en todo caso, adelanta que esta unidad también está trabajando para «normalizar» su relación con la gente una vez desaparecida la amenaza de ETA, que ha «condicionado» la labor de la Policía vasca por las medidas de autoprotección que debía imponerse. «Los ciudadanos tienen que sentir que los ertzainas, al margen de sus legítimas atribuciones de carácter coercitivo, están también para ayudarles. Pero no debemos confundir la cercanía con una policía permisiva con el delito», insiste.

Las korrikas. «No es sólo salir a pasear» 

Las korrikas fueron una de las piedras angulares que sustentaron el nacimiento de la Ertzaintza y vuelven a ser ahora una de las claves del nuevo modelo policial que se quiere desarrollar ante la ausencia de terrorismo. El área de Beltrán de Heredia se ha volcado en impulsar las patrullas a pie en el conjunto de Euskadi después de realizar una prueba piloto en Gipuzkoa. El Departamento de Seguridad insiste, en todo caso, en que el objetivo último no es hacer visibles a los policías en las calles, sino utilizar esta práctica de patrullaje para prevenir delitos. «No se trata sólo de salir a pasear. Cuando nació la Ertzaintza  lo importante era que se visualizase la existencia de una policía vasca. Pero ahora lo prioritario es enfocar esta iniciativa para cumplir unos objetivos policiales», explica Zubiaga. Para ello, los mandos se están esforzando en realizar una labor de pedagogía interna para tratar de superar los recelos mostrados por una parte de la plantilla después de décadas sin apenas poder bajarse de los coches patrulla. «Está saliendo muy bien. Los ertzainas vuelven muy contentos, intercambian anécdotas y cada vez les gusta más», concluye.

Reestructuración interna. Foco de conflictos internos

Se trata de uno de los asuntos más importantes del nuevo modelo policial y también uno de los que más controversia ha suscitado a nivel interno. El Departamento ha decidido simplificar la estructura de Ertzaintza: de las cinco divisiones actuales se pasará a dos grandes áreas –Seguridad Ciudadana e Investigación– que estarán apoyadas por un servicio de Inteligencia, que «coordinará toda la información» para que pueda ser «aprovechada» por las unidades que la necesiten. Esta reestructuración viene acompañada de la desaparición de algunas unidades especiales –Acompañamientos y Brigada de Refuerzo– o el adelgazamiento de otras –como los berrocis–, que se desarrollaron por la amenaza de ETA. Zubiaga insiste en que estos grupos estaban «sobredimensionados» y que con estos cambios se busca aumentar el número de agentes en las comisarías para reforzar la «prevención y la investigación». Esta reestructuración se ha visto condicionada por dos sentencias que han anulado parte de las modificaciones y que han obligado al Gobierno a poner en marcha un plan alternativo para seguir adelante con lo cambios. De hecho, esta misma semana 391 ertzainas –pertenecientes a la última promoción, a la unidad de Acompañamientos y berrocis– han cambiado ya de destino para reforzar comisarías, sobre todo en Gipuzkoa. Los traslados han levantado ampollas a nivel interno porque, según los afectados, no se ha respetado la antigüedad a la hora de asignar los destinos. Y no serán los últimos. La consejería pretende culminar la reducción de divisiones –incluida la desaparición de la Brigada de Refuerzo– y el traslado de más agentes después del verano.

Unificación de comisarías. El plan de Azkoitia y Zarautz

Después de que renunciase a la unificación de las comisarías de Basauri y Galdakao, el Departamento ha comenzado este mes con el plan para realizar una «gestión compartida» de los centros policiales de Azkoitia y Zarautz. Estos proyectos han sido abiertamente cuestionados por los sindicatos, que han organizado protestas porque sospechan que detrás de este plan piloto se esconde el «cierre futuro» de ertzainetxeas, algo que ya se hizo en el pasado, y una merma en la calidad del servicio que se presta a los vecinos. Zubiaga asegura que no se va a cerrar ninguna comisaría porque, para empezar, «iría en contra» de su filosofía de «potenciar una policía próxima al ciudadano». El objetivo –dice– es «gestionar mejor las necesidades» de los recursos y «simplificar algunos procesos» para poder incrementar el número de agentes en las calles. El ‘número 2’ del Departamento mantiene que la unificación permite, por ejemplo, gastar menos en recursos materiales y reducir el número de mandos, al mismo tiempo que los centros siguen abiertos para recoger denuncias.

Cambios en Investigación. Más poder a las comisarías

Dentro del proceso de reflexión interno abierto para ejecutar el cambio de modelo, el Departamento de Seguridad ha creado un grupo específico de trabajo con el objetivo de repensar y modificar los «procesos de investigación» que se utilizan en la Ertzaintza. La actual consejería cuestiona el sistema de indagación de delitos puesto en marcha por el anterior Ejecutivo socialista, que en el marco de una ambiciosa reorganización de estas tareas apostó por reforzar las unidades comarcales frente a las locales. El plan ahora es devolver a las comisarías un papel central en este cometido. Zubiaga explica que la idea del Gobierno es que la investigación de los delitos, al margen del trabajo que desarrollan las unidades más especiales, como la Policía Científica, se empiece desde los centros locales, que también tienen un mayor conocimiento del lugar en el que operan.

Envejecimiento de la plantilla. Sin fecha de promociones

La Policía vasca, compuesta en la actualidad por unos 8.000 agentes, perderá algo más de 500 efectivos en los próximos tres años por las jubilaciones, fallecimientos e incapacidades previstas. Zubiaga recalca que su idea es mantener la plantilla de 8.000 policías, pero confiesa que no hay fecha todavía para convocar nuevas promociones en la Academia de Arkaute. El viceconsejero asegura que van a poner en marcha un «programa de renovación» para pensar bien los pasos a dar en esta dirección.

Instrucción 53. Cambiarla o suprimirla

Esta instrucción, creada tras el asesinato de dos ertzainas en Beasain a manos de ETA, incluye las medidas de autoprotección que los agentes deben seguir cuando van a realizar una actuación. La norma será modificada o directamente anulada y sustituida por una nueva.

EL CORREO 07/07/13