ABC 11/09/15
· CDC y ERC pierden diez diputados respecto a 2012 y necesitan a la CUP para controlar el Parlamento autonómico catalán, según el CIS
Desde la página 1 Si las elecciones autonómicas catalanas del 27 de septiembre fueran realmente un plebiscito («independencia sí o no»), tal y como quiere plantearlas Artur Mas, el presidente de la Generalitat registraría ahora mismo un sonoro fracaso, tanto en número de diputados como en porcentaje de voto. Por un lado, la candidatura unitaria que impulsó con ahínco para aglutinar el voto independentista se quedaría a siete u ocho diputados de la mayoría absoluta en el Parlamento autonómico catalán, según el barómetro preelectoral del CIS. Y si el resultado se calibrara por el porcentaje de voto, como en realidad correspondería a un auténtico plebiscito, estaría aún más lejos de su propósito, ya que Junts pel Sí, la candidatura de Mas, solo llegaría al 38,1 por ciento, muy lejos de su objetivo.
Alta movilización La movilización masiva de los independentistas sube la previsión de participación el 27-S
Lejos de la mayoría La suma de Ciudadanos, PSC y Partido Popular obtendría un máximo de 50 escaños
En realidad, Mas ya preveía que no llegaría por sí mismo a su objetivo, y esperaba contar con el respaldo de la CUP, una fuerza de extrema izquierda también independentista que se presenta a las elecciones por separado. La CUP lograría ocho diputados, según el CIS, con los que las fuerzas soberanista sí alcanzarían la mayoría absoluta, aunque fuera por la mínima: 68 o 69 escaños en un Parlamento de 135. Sin embargo, Mas quedaría muy lejos de ganar su «plebiscito» en porcentaje de voto, pues entre Junts pel Sí y la CUP solo suman el 44 por ciento.
Esa es la fuerza con la que afrontan la campaña electoral las formaciones independentistas en Cataluña. En el lado contrario, los partidos que defienden el respeto a la ley superan el 50 por ciento en estimación de voto, pero se quedan por debajo de la mitad en el número de diputados. Llama la atención la desaparición del mapa político de Unió, el socio de CDC que se distanció de Mas por sus planes independentistas: Unió solo obtendría el 1,5 por ciento de los votos, y ningún escaño. El desplome del partido de Duran Lleida favorece a Artur Mas, ya que cualquier escaño que obtuviera Unió iría en detrimento de su antiguo socio, CDC.
Impulso de Ciudadanos
El principal referente constitucionalista en el Parlamento autonómico sería Ciudadanos, que rozaría el 15 por ciento de los votos y podría lograr hasta 20 diputados, frente a los nueve que obtuvo en las anteriores elecciones, y los tres del año 2010. Ciudadanos aprovecha el impulso que ha tomado en el conjunto de España en los últimos doce meses, y la caída tanto del PP como del PSC, y compensa así el poco tirón que tiene su candidata, Inés Arrimadas, la menos conocida de todos los primeros líderes políticos.
El PP sigue muy lejos de su objetivo de ocupar ese primer puesto entre los partidos que defienden la unidad de España. La candidatura que encabeza Xavier García Albiol llega al 9,4 por ciento de estimación de voto, con 12 o 13 diputados, frente a los 19 que logró Alicia Sánchez-Camacho en las elecciones de hace tres años. El retroceso es relativo, porque lo cierto es que el PP estaba mucho peor hace tan solo un par de meses, de ahí el relevo exprés en la candidatura que se hizo con Albiol. Fuentes próximas a Rajoy han destacado la recuperación que, a su juicio, está teniendo el PP en las últimas semanas y se muestran convencidas de que la tendencia seguirá al alza.
El PSC mantiene la caída iniciada hace años: en 2010 obtuvo 28 escaños, en 2012 bajó a 20 y ahora tendría entre 16 y 17, con un 12,2 por ciento en estimación de voto, 2,2 puntos menos que en las elecciones anteriores.
La fuga de votos del PSC ha ido a parar a Catalunya Sí que es Pot, la marca de Podemos para las elecciones autonómicas catalanas. Con un 13,9 por ciento de votos, llegaría a 18 o 19 diputados. Sería la tercera candidatura en las elecciones, por delante del PSC y del PP. El voto de las formaciones no independentistas superaría con creces a los soberanistas: frente al 44 por ciento de Junts pel Sí y la CUP, la suma de Ciudadanos, PP, PSC y la marca de Podemos llega al 50,3 por ciento. Si se añaden los votos de Unió, también contrarios a una declaración de independencia, el porcentaje sube al 51,8.
Por provincias, donde más flojea el independentismo es en Barcelona. Junts pel Sí y la CUP solo llegan al 41,1 por ciento. En Lérida, por el contrario, ese porcentaje sube hasta el 60,5. En Tarragona alcanza el 43,8 por ciento, y en Gerona, el 57,3 por ciento.
Suspenso para Mas
El barómetro del CIS, con 2.999 entrevistas realizadas entre el 30 de agosto y el 4 de septiembre, refleja que un 41,6 por ciento de los catalanes consultados suspenden la gestión de Artur Mas en los últimos tres años (mala o muy mala), mientras que un 32,6 por ciento creen que ha sido buena o muy buena. Para la mayoría de los entrevistados (50,2 por ciento), el problema más importante que tiene Cataluña es el paro, aunque la independencia sea el monotema de Mas y sus socios. Este asunto, precisamente, es el segundo problema, muy por detrás del desempleo, según el 13,9 por ciento.
En las elecciones se espera una participación alta (el 77,5 por ciento contestan que irán a votar con toda seguridad), debido sobre todo a la movilización masiva que existe en el electorado independentista.
Hay varias respuestas en el barómetro del CIS que demuestran que los independentistas no forman esa mayoría social en la que pretende apoyarse el actual Gobierno autonómico. El 46,1 por ciento están de acuerdo con un modelo de Estado que reconozca a las comunidades autónomas la posibilidad de ser independientes. El 42,1 por ciento se sienten tan españoles como catalanaes, y el 21,6 por ciento solo catalanes. El 41,3 por ciento sí se consideran nacionalistas catalanes, frente al 56,7 por ciento que responden que «no». En una escala de 1 (mínimo grado de nacionalismo catalán) al 10 (máximo), los catalanes se sitúan en el 5,7.