EL CORREO 11/02/13
· Mantendrán una ronda de contactos con partidos y colectivos sociales la próxima semana para abordar la situación del proceso.
La denominada Comisión Internacional de Verificación (CIV) tiene previsto volver a Euskadi la próxima semana –previsiblemente los días 18 y 19– para mantener nuevos contactos con partidos políticos y otros colectivos sociales. La visita se producirá después de las entrevistas que el colectivo liderado por Ram Manikkalingam ha mantenido en Oslo (Noruega) con la cúpula de la banda terrorista, según informó ayer la agencia Efe citando fuentes conocedoras de las reuniones.
Según esos medios, el grupo auspiciado por la izquierda abertzale para gestionar el fin de ETA ha mantenido contactos en los últimos meses con Josu Ternera, David Pla e Iratxe Sorzabal con el beneplácito del gobierno europeo. El objetivo de los verificadores habría sido convencer a la banda para que realice «gestos» que eviten «parones» en el proceso abierto tras el cese de la violencia. Según las mismas fuentes, la evolución de las conversaciones para ver «cómo abordan el desarme» dependen de que las autoridades del país nórdico prorroguen el permiso de estancia de los etarras, que expiró el pasado «10 de enero con un margen de cinco días para abandonar el país».
El problema es que mientras el PNV mantiene una conexión con los grupos de mediación internacional y está dispuesto a trabajar de forma «discreta» con todos los «agentes» para lograr el fin definitivo del terrorismo, el Gobierno central no reconoce a los verificadores y no concede legitimidad alguna a su labor. La postura del Ejecutivo de Rajoy, que no está dispuesto a realizar ningún gesto mientras la banda se disuelva de forma unilateral, choca de lleno con las pretensiones de ETA y la izquierda abertzale, que han reclamado una y otra vez la apertura de unas negociaciones para abordar el desarme y la situación de los presos de la banda, entre otros aspectos. La organización terrorista también se muestra reticente a dar nuevos pasos que aceleren su desaparición irreversible si antes el Ejecutivo central no le ofrece alguna garantía sobre el futuro de los reclusos, que es el principal problema que la banda debe resolver.
Ayer mismo, la consejera de Seguridad del Gobierno vasco, Estefanía Beltrán de Heredia, aseguró que el Ejecutivo de Urkullu está desarrollando una tarea «discreta» para lograr el fin definitivo de ETA. Las declaraciones de la dirigente jeltzale se producen sólo unos días después de que el portavoz del PNV en el Congreso, Aitor Esteban, asegurase, en un tono enigmático, que Lehendakaritza prevé «noticias positivas» sobre el desarme de la organización en los próximos meses.
La visita a Euskadi del CIV, compuesta por Manikkalingam y otros cinco expertos en procesos de paz, coincidirá con los preparativos del congreso fundacional de Sortu, previsto para el día 23 en Pamplona. Estos nuevos encuentros incluirán previsiblemente una entrevista con el lehendakari Iñigo Urkullu, que ya ha contribuido a facilitar los contactos de este grupo con distintos colectivos sociales y con la propia Iglesia vasca.
De hecho, a finales del pasado enero el grupo ya realizó otra visita a Euskadi para evaluar la situación política en torno a ETA y los presos. El viaje se produjo dos semanas después de la multitudinaria manifestación que se celebró en Bilbao a favor de los reclusos de la banda, y dos días antes del encuentro que mantuvieron en el Palacio de la Moncloa Mariano Rajoy y Urkullu. Aquel día ambos gobiernos destacaron que la comunicación entre los dos líderes está abierta de forma permanente para tratar asuntos de pacificación. En esta nueva visita del CVI está prevista una ronda de contactos más amplia.
EL CORREO 11/02/13