EL MUNDO 11/01/13
Círculos policiales y de tribunales temen nuevas absoluciones tras el ‘caso Goioaga’.
El malestar en la lucha antiterrorista es importante, muy importante, tanto en ámbitos jurídicos como policiales. La absolución del abogado de presos de ETA Ignacio Goioaga y su aproximación a un sillón de la Cámara Alta ha suscitado un fuerte resquemor entre los que día tras día han estado apretando a ETA hasta acorralarla.
La sentencia absolutoria no sólo hace replantearse cómo el tribunal ha tenido en cuenta las pruebas que los agentes pusieron sobre la mesa, sino que también hacen temer una estrategia de actuación judicial diferente, sobre todo aquello que tenga que ver con los abogados de la izquierda abertzale.
Este abogado fue absuelto por la Audiencia Nacional el 31 de octubre de un delito de pertenencia a ETA y de otro de colaboración en una fuga por falta de pruebas. Las fuentes consultadas recuerdan que no hace tanto tiempo se produjeron también decisiones a favor de dejar en libertad de los abogados abertzales imputados en la operaciónHalboka. El Ministerio del Interior se negó a valorar este posible malestar.
Los encargados de la lucha contra ETA temen que se esté dibujando en la Audiencia Nacional un «escenario incierto» sobre el futuro judicial del encausamiento de los abogados que han venido liderando el Grupo de Coordinación y la posición más dura dentro de las organizaciones del complejo de apoyo a ETA. La sentencia que absuelve a Goioaga pone fin a un juicio oral en el que intervino una veintena de guardias civiles (10 como testigos y otros tantos como peritos). La sentencia descalifica los testimonios e informes realizados, censurando especialmente la totalidad de los llevados a cabo por la Guardia Civil. No censura el trabajo ni del Ministerio Fiscal, ni el del juez instructor de la causa o de la juez francesa Laurence Levert, pese a que las conclusiones de estas tres partes eran coincidentes con los análisis expuestos por la Guardia Civil.
Entienden que se produce un «análisis erróneo, por desconocimiento de la mecánica de funcionamiento de ETA», de los documentos confiscados a la banda en Francia. De hecho, constatan que en la sentencia se dedica una parte significativa a intentar probar que un documento firmado con nombres, apellidos y alias de un preso de ETA no fue elaborado por él. Y uno de los argumentos utilizados para negarlo es que el documento apareció en Francia mecanografiado y el preso de ETA no tenía ordenador en su celda, lo que demuestra, según estos expertos, un desconocimiento sobre la forma en que las notas de los presos llegan a poder de ETA.
Además, el tribunal reclama a los investigadores la aportación de «pruebas imposibles de obtener». El tribunal duda incluso de que exista una estructura terrorista dedicada a fugas. Alude a la incapacidad de Gorka García Sertucha (uno de los etarras que se iba a fugar) para huir, ya que sufría una «atrofia de la cadera y de la pierna izquierda». Pero conviene recordar que esa atrofia no le impidió integrarse en el comando desarticulado en 1995 en Mallorca, cuando pretendía asesinar al Rey.
Recuerdan la absolución de otro abogado, Joseba Agudo Mancisidor, alegando un error técnico del fiscal. Y constatan los autos de libertad de los abogados Arantza Zulueta (pese a que se hallaron en su poder planos de zulos de ETA que posteriormente fueron descubiertos), Iker Sarriegi y Jon Emparanza.
EL MUNDO 11/01/13