Mas ocultó en su campaña el perjuicio de una Cataluña fuera de la UE

ABC 24/11/12

La desautorización de los líderes europeos y la corrupción hunden la campaña de CIU Una encuesta de «The Guardian» augura a CIU la pérdida de entre 3 y 5 escaños.

Una campaña electoral debe servir para detallar ante los votantes el programa de gobierno del candidato, la de Artur Mas ha sido la antítesis. Lejos de clarificar cómo será ese proceso de independencia en el que quiere embarcar a los catalanes, estos quince días previos a las elecciones autonómicas que se celebran mañana arrojan muchas incógnitas y ninguna certeza.

Sólo se sabe, porque el líder de CiU así lo ha dicho, que su objetivo es crear un estado propio catalán a costa de cualquier ley o juez que se ponga por delante —asegura estar dispuesto a ir a la cárcel por la independencia—. Y poco más. Sostiene el dirigente nacionalista que hay preguntas que por ahora no se pueden contestar. O quizá no le convenga hacerlo, tal son las consecuencias nefastas que, para Cataluña, supondría la segregación de España. Porque, si en algún momento pensó Mas que la campaña sería un paseo triunfal, las contundentes declaraciones de los mandatarios europeos sobre la exclusión de una Cataluña independiente de la UE, unido al fracaso de sus visitas al extranjero —el plante en Moscú y Bruselas— han supuesto un varapalo para las ínfulas nacionalistas de Mas.

Su intento de internacionalizar el conflicto con España y atraer la atención de la prensa extranjera ha tenido como colofón una encuesta de «The Guardian», que le augura la pérdida de entre 3 y 5 escaños, y un artículo de «The Economist», en el que se asegura que «hay muchas razones por las que los catalanes no deberían perder sus energías en romper con España».

El Tratado de la Unión Europea avisa que Cataluña saldría de la UE si se separara de España, pero eso es algo que el líder de CiU omite. También esconde cuestiones tan importantes como qué tipo de moneda tendría esa Cataluña independiente, que ya carecería de la estabilidad del euro, lo cual la obligaría a tener una divisa propia que quedaría muy devaluada. Ello generaría inflación, aumento de la deu-

Sda, fuga de capitales y encarecimiento de las importaciones. Cataluña pasaría a ser un país no alineado y sufriría el aislamiento, por lo que difícilmente podría volver a celebrar unos Juegos Olímpicos, por ejemplo. El proceso de Mas pone en peligro el proceso de reestructuración del sistema bancario español. Algunas cajas catalanas siguen pendientes de encontrar saneamiento financiero y están acogidas a los acuerdos internacionales del Gobierno español. Tampoco aclara Mas cómo sanearía su presupuesto, pues su deuda, que supera los 44.000 millones, tiene calificación de bono basura y sería difícil que algún fondo privado extranjero financiara Cataluña.

Impago de infraestructuras

En caso de secesión, Cataluña debería compensar al Estado por la titularidad de las infraestructuras del Estado, lo que incluye aeropuertos, puertos, edificios oficiales o palacios. Precisamente ayer, el Ministerio de Agricultura anunciaba la presentación de un recurso contencioso por impagos de la Generalitat en el canal Segarra-Garrigues (Lérida), cifrados en 70,9 millones de euros y que a final de año podría ascender a 94,2 millones.

Tratado de Lisboa

Art. 4 «La UE respetará las funciones esenciales del Estado, especialmente las que tienen por objeto garantizar su integridad territorial, mantener el orden público y salvaguardar la seguridad nacional».

Muchas empresas multinacionales trasladarían su sede pues, en los acuerdos establecidos, no se podría garantizar una seguridad jurídica, ni económica ni monetaria. El candidato de CiU no explica de dónde sacaría dinero para pagar sus estructuras de estado-nación, como un banco central, defensa, política exterior, fronteras, agencias tributarias. Algunos analistas cifran ese coste en 40.000 millones. Sin olvidar el pago proporcional de su deuda con el Estado, 98.000 millones, las pensiones o el paro. Cataluña renunciaría al superávit comercial que tiene con el resto de España y debería buscar financiación para reflotar sus bancos. Pero eso es algo que Artur Mas oculta. Por no hablar de los casos de corrupción que salpican a CDC, sobre todo el del expolio del Palau de la Música, del que ABC ha dado buena cuenta y del que el candidato de CiU, más allá de indignarse y calificarlo de ataques a Cataluña, no da explicaciones.

ABC 24/11/12