IGNACIO MARCO-GARDOQUI-EL CORREO

  • En los últimos cuatro años la deuda ha crecido en 300.000 millones a pesar de haber recibido de la UE ayudas por valor de 85.365

Le pido disculpas por adelantado porque le aseguro que si tiene la paciencia de leerme acabará el comentario odiándome. Algunos, mis queridos ‘haters’, me odian desde este mismo principio, pero lo de hoy va a ser un sentimiento general. Normalmente me esfuerzo por no salpimentar el comentario con demasiadas cifras. Esto no es una revista especializada pensada para expertos, a quienes es necesario demostrar que sabes mucho, sino un diario de información general cuyo objetivo es informar y, si es posible, entretener en un día tan frío como el de hoy. Cumpliré el primer mandato, pero estoy casi seguro de que me quedaré muy lejos de satisfacer el segundo. Lo siento. Prometo enmendarme en cuanto me haga mayor. Por si fuera poco, le voy a dar muchas cifras de esas que no le importan a nadie más que a cuatro pusilánimes timoratos -conmigo, somos cinco- que nos las creemos y pensamos son relevantes.

Primero vamos a detenernos un momento en el entorno de la cuestión. Ya sabe que el pasivo de las Administraciones Públicas asciende a 1,506 billones, lo que supone un aumento del 5,6% respecto al año anterior. Y que eso sucede en un año récord de recaudación. En los últimos cuatro años la deuda ha crecido en 300.000 millones, a pesar de haber recibido de la UE ayudas por valor de 85.365. Para cuadrar los números, el Tesoro tendrá que emitir 257.000 millones de los que 187.000 irán destinados a pagar vencimientos de emisiones antiguas y el resto a financiar déficits nuevos. Para animar la cuestión y dado que el BCE ha dejado de sostener las emisiones e incluso disminuirá su balance en pocos meses, el coste de las nuevas, a tres meses, es de un 2,092% y a 12 meses del 2,99%. El coste medio total es solo de 1,73%, pero ha subido un 12% desde el pasado mes de marzo. Por otra parte, el plazo medio del endeudamiento, que se situó en los 8,15 años en el mes de abril se ha apretado hasta los 7,86 años en el mes de diciembre.

La deuda de la Seguridad Social superará los 100.000 millones de euros

¿Mareado con tanta cifra? Venga, ánimo, que acabamos enseguida. Ahora vamos con las pensiones, un asunto que seguro le interesa más. La promesa de subirlas con el IPC y el hecho desgraciado, se mire por donde se mire, de que la inflación haya sido tan elevada ha dado como consecuencia que el gasto mensual suba un 10,8%, que es la mayor subida de los últimos treinta años. Con ella, la deuda de la Seguridad Social superará los 100.000 millones de euros. ¿Está seguro el ministro Escrivá de que va a poder colmar tan gigantesco agujero con la elevación aprobada de las cotizaciones? Es imposible y si pretendiera hacerlo en la medida necesaria, ¿está seguro de que quedaría algún español cotizando, tras ser aplastado bajo semejante peso?

A lo largo de la ‘era Sánchez’ la nómina ha crecido en 41.000 millones, a pesar de que la inflación fue reducida en los primeros años de su mandato y aún contando con los 20.000 millones que se han inyectado al sistema desde los presupuestos generales. Los perceptores han aumentado en un 3,2%, pero el gasto ha crecido un 32,4%. Si después de esto no le votan en masa los pensionistas es que carecen de corazón. Termino, ya veo que no puede más. El sistema paga ya diez millones de pensiones contributivas y recibe el ingreso de 20,4 millones de cotizantes.

Venga, ¡hágame un favor! Miéntame y diga que todo esto es sostenible, que no pasa nada, que soy bobo por preocuparme por estás pequeñas cosas, por unas deudas que nunca pagaremos. ¿Ve, con qué poco me conformo? Ya no tengo frío y veo el sol en el cielo. Muchas gracias.