EDITORIAL de EL CORREO
- La satisfacción por la evacuación de 2.200 personas de Kabul debe redoblar el compromiso de España con el futuro de todos los afganos
En medio todavía de la conmoción por las espantosas consecuencias de la irrupción del terrorismo en la ya previamente complicada operación de evacuación del aeropuerto de Kabul, la comparecencia del presidente del Gobierno le permitió subrayar la satisfacción compartida por el rescate de 2.200 personas de un horizonte inmediato de inseguridad, desgobierno y falta de libertad y expectativas especialmmente oscuro para las mujeres y las niñas. Pedro Sánchez destacó a la vez el legítimo orgullo que sienten los ciudadanos por la labor de todos los profesionales y colectivos implicados en la tarea humanitaria, llevada a cabo en una situación de peligro para sus propias vidas y que se da oficialmente por finalizada en esta «primera fase». A semejanza de otros países de la Unión Europea y del resto de la coalición internacional con los que se ha coordinado en estos últimos días de punto final de una ocupación de Afganistán que ha durado dos décadas, España no aguardará al día 31 para completar la retirada acelerada de manera inevitable por los riesgos que entrañan la impaciencia de los talibanes y la ansias criminales y propagandísticas del Estado Islámico.
Este cierre provisional de la presencia española en el territorio afgano invita a considerar inoportuna la expresión «misión cumplida» que Sánchez introdujo con calzador en su discurso. Dirigentes de todo el mundo se duelen en estas horas por los miles de civiles que no lograron abordar un avión; por una operación en la que nunca estuvo claro hasta dónde llegaría un esfuerzo de objetivo imposible: ‘rescatar’, en el último momento, a todo un país de la inoperancia de sus gobernantes amparados por los ocupantes. El Gobierno español, dentro del máximo entendimiento en la Unión Europea, debe prolongar su compromiso con la población de Afganistán, empezando por incluir en el empeño la ola de solidaridad que emana de las comunidades autónomas. Al presidente, a la vez, le aguarda la labor de comprometer en el Parlamento al conjunto de los partidos en un acuerdo sobre política exterior y de seguridad, empezando por el PP. La animadversión entre Sánchez y Pablo Casado inclina al jefe del Ejecutivo hacia la soberbia de delegar esta tarea en los ministros. Y al líder de la oposición, a desplegar un discurso errático y a torpezas como acusar al presidente de ‘buscar la foto’ sin caer en la cuenta de que también el Rey visitará hoy el centro de acogida de Torrejón.