Morenés denuncia las ‘absurdas provocaciones’ del separatismo

EL MUNDO 07/01/13

Afirma que ‘los militares mantienen el ánimo firme y sereno’ ante esas agresiones.

El ministro de Defensa denunció ayer como nunca había hecho hasta ahora las «provocaciones» que, en los últimos meses, el nacionalismo catalán ha lanzado de forma insistente contra las instituciones de la Nación, entre ellas las Fuerzas Armadas que él dirige. Frente a estas agresiones, que calificó de «absurdas», Pedro Morenés destacó el «ánimo firme y sereno» de los militares, que «cumplen calladamente con su deber sin atender» a las diatribas secesionistas.

El ministro pronunció sus palabras en una de las celebraciones castrenses más importantes, la Pascua Militar, en un discurso dirigido al Rey Juan Carlos -que presidía el acto en su reaparición pública tras la operación en la cadera a la que se sometió el pasado 23 de noviembre- y ante los Príncipes de Asturias, el presidente del Gobierno y la cúpula militar al completo.

Pedro Morenés no las citó, pero las «provocaciones» a las que estaba haciendo referencia eran las insistentes declaraciones que ha hecho la clase política nacionalista catalana contra las instituciones del Estado, y muy especialmente las denuncias que ha realizado sobre una supuesta amenaza de intervención militar en Cataluña para frenar el proceso secesionista.

En el caso de las Fuerzas Armadas, las «absurdas provocaciones» -adjetivo que decidió incluir en su discurso en el último momento- han ido desde peticiones para acabar con los «decimonónicos» desfiles militares, a protestas por vuelos de cazas del Ejército supuestamente amenazantes sobre los pueblos catalanes o cartas enviadas a la Comisión Europa pidiendo intervenciones preventivas en España para evitar un ataque contra Cataluña.

El ministro había dejado hasta ahora pasar todas estas declaraciones, en la línea del Gobierno de esperar a que el desafío secesionista iniciado por el president Artur Mas se deshaga por sí mismo cuando tenga que afrontar sus propias contradicciones, como que una Cataluña independiente se quedaría fuera de la UE.

Sin embargo, Morenés ha querido lanzar ahora un doble mensaje. Por una parte, restar importancia a este tipo de declaraciones y tachándolas con toda la intención de «provocaciones», en el sentido literal de que, con ellas, el nacionalismo busca algún tipo de reacción que pueda alimentar el proceso independentista en el que se ha metido.

Y en segundo lugar, dejar claro que esa reacción buscada por los secesionistas no se ha producido en las Fuerzas Armadas y tampoco se va a producir en el futuro. Las continuas referencias que hizo ayer el ministro al carácter de los militares, a su disciplina, a ese «ánimo sereno» con el que afrontan las diatribas contra ellos, a la forma de trabajar «calladamente» que les caracteriza… no estaban en su discurso por casualidad.

Más allá de que algunos mandos militares hayan podido expresar en privado en los últimos meses su preocupación por el proceso político iniciado en Cataluña, hasta ahora no ha habido declaraciones subidas de tono -salvo por parte de algunos militares retirados- ni ningún tipo de pronunciamiento público, y el Gobierno quiere que siga siendo así para no alimentar de ninguna manera el discurso del nacionalismo.

El único caso que se ha producido en este sentido fue el editorial que el general Ángel Luis Pontijas escribió en la revista Ejército, de la que era director, el pasado mes de noviembre criticando la política del presidente de Cataluña, y la reacción del ministro fue fulminante. El general Pontijas fue destituido, y no sólo por haber expresado opiniones políticas, sino por haberlo hecho en nombre del Ejército en una publicación oficial.

El cese de Pontijas y el discurso de ayer forman, pues, parte de una misma política, dirigida a dejar claro públicamente que las voces que hayan podido surgir en el entorno de las Fuerzas Armadas en respuesta al desafío independentista catalán son aisladas y en absoluto simbolizan el sentir general de los militares, ni mucho menos representan la posición oficial de Defensa.

Ésta es la que expresó ayer el ministro, en un discurso que estaba plagado de elogios a los militares. Desde la consideración de que las Fuerzas Armadas y la Guardia Civil «anteponen el cumplimiento de su deber constitucional en defensa de la patria a cualquier anhelo o interés particular de sus miembros», a la afirmación de que «los ejércitos son paradigma de aquello que aspira a ser cualquier sociedad democrática. En ellos no hay discriminación por razón de origen, raza, sexo, credo ni cualquier otra causa. En ellos el camino al talento está abierto y cada uno puede llegar a ser lo que su mérito y capacidad le permitan».

Además, el ministro destacó que, lejos de fomentar divisiones y enfrentamientos, los militares quieren ser «ejemplo de unidad, honestidad, generosidad y valentía para la sociedad a la que sirven».

Tras su intervención tomó el relevo el Rey Juan Carlos, que también tuvo palabras de ensalzamiento hacia los miembros de las Fuerzas Armadas. Por ejemplo, de los militares desplegados en misiones internacionales dijo que «enaltecen nuestra nación» y «aseguran la mutua lealtad entre aliados».

Don Juan Carlos recordó que «la actual crisis económica actúa como una amenaza a la seguridad» y pidió «priorizar el esfuerzo para mantener las capacidades militares que garanticen una disuasión verosímil en defensa de los intereses de España».

EL MUNDO 07/01/13