Nacionalismo de tierra quemada

ABC 13/11/13
EDITORIAL

· Es hora de que la sociedad catalana despierte en multitud y recuerde a Mas y sus cruzados de la causa que en vez de «liberar» a Cataluña están contribuyendo eficazmente a destruirla

En su obnubilación separatista, la Generalitat de Artur Mas parece haber perdido todo contacto con la realidad. No se entiende de otra manera que, en plena época de recortes, sin dinero para poder pagar a los funcionarios o a los pensionistas a fin de mes, el Ejecutivo catalán flete un fastuoso viaje a Israel para más de medio centenar de personas. Hace tiempo que el frente separatista decidió echar el resto en la proyección exterior de su desvarío secesionista, en busca de un apoyo internacional que, pese a su obcecación, se ha revelado entre inexistente y escuálido hasta el momento. Y no será por falta de financiación, pues es en gastos identitarios donde el gabinete de Mas no consiente recorte alguno.
ABC ya denunció en su día el rumboso y también multitudinario tour moscovita (con suites de lujo superior) que el presidente catalán completó a finales del pasado año y que se saldó con un fracaso en sus expectativas de encontrar en las autoridades rusas amparo a su plan separatista. De la misma manera, han ido fracasando una tras otra sus visitas a Bruselas con idéntico motivo. Y, naturalmente, también la incursión israelí ha sido un fiasco para sus pretensiones, pues Mas y su enorme comitiva no han hallado en ese país otra cosa que el trato que se suele dispensar a la delegación regional de un estado. Es decir, el mismo, por ejemplo, que tuvo el presidente de Extremadura, José Antonio Monago, el pasado mes de junio. Ni más ni menos. La frustración en sus planes, las dudas en su socio de Unió y, sobre todo, el nulo eco exterior a su demanda han multiplicado el nerviosismo de la facción sedicente. Y para aparentar más ese alejamiento de España y cebar su victimismo, acuden ya a estrategias tan impresentables como la autolesión. El penúltimo ejemplo es el rechazo a la oferta del Ejecutivo central de desplegar sobre el terreno a la Unidad Militar de Emergencias o efectivos de Protección Civil para sofocar un pavoroso incendio forestal (con varios focos activos) en Gerona.
Estas respuestas del Gobierno catalán expresan, casi como una metáfora, la tendencia autodestructiva del nacionalismo en el proceso soberanista puesto en marcha por Mas y sus socios de ERC. Mejor perder el tiempo (y el dinero) en tratar de recabar apoyo en el exterior que quedarse en casa arreglando los múltiples problemas reales de los catalanes; y mejor que se quemen los montes –verdadera política de tierra quemada– a apagarlos con ayuda de militares españoles. La soberbia nacionalista parece no conocer límites. Es hora de que la sociedad catalana despierte en multitud y recuerde a Mas y sus cruzados de la causa que en vez de «liberar» a Cataluña están contribuyendo eficazmente a destruirla.