· La campaña más extraña e incierta de la democracia ha terminado sin vaticinios claros en torno al resultado, lo que movía a Ignacio Camacho a lamentar, en ABC, que no se hayan dicho las cosas con mayor claridad: «Flota un sordo temor a sacudidas fuera del guión, a sobresaltos de última hora. Los sociólogos que escrutan los trackings creen que si las urnas esconden alguna sorpresa sólo la puede protagonizar Podemos, que es el que mejor ha enfilado la recta de meta.
Los de Pablo Iglesias se crecen en las campañas, aunque está por ver su impacto real fuera de las redes sociales, que tienen mucho de espejismo, de ensimismamiento solipsista. Pero la sensación es que han invertido el signo decadente con que arrancaron y al menos se han galvanizado a sí mismos en torno a su eslogan de la remontada. Por el contrario, la agresión a Rajoy ha dejado una sensación amarga en el marianismo, que se siente inerme ante el ambiente de rampante animosidad y respira en vilo temiendo que su corta ventaja se apriete aún más en el momento crítico».
Para Camacho, uno que ha sido claro pero sufrirá en las urnas por haber descartado contumazmente alianzas poselectorales si no queda en primer lugar es el líder de Ciudadanos: «La presión sobre C’s va a ser enorme a partir del 21, pero hasta entonces Rivera tiene derecho a no decantarse. Sin embargo, sorprende su empeño en atarse las manos antes del recuento, encadenado como Ulises al mástil de su propia candidatura para no oír el canto de las sirenas. Lo peor es que nadie le cree».
En EL MUNDO y El País, sendos editoriales lamentaban ayer la anacrónica prohibición de encuestas. En el diario de Prisa, Javier Ayuso apuntaba que no somos los únicos: «Francia tiene una prohibición similar a la nuestra y en las últimas elecciones presidenciales circulaban por Internet informaciones sobre ciudades y temperaturas en las que se daban los datos de las encuestas de los últimos días. Resulta curioso que españoles y franceses tengamos que acudir a la información de mercados hortofrutícolas o al hombre del tiempo para conocer los sondeos de última hora».
En la prensa nacional, solamente La Razón se decantaba ayer editorialmente y sin ambages por una candidatura. Sin ambages y hasta con entusiasmo: «Si hay un político en España que se ha crecido en la adversidad, que ha puesto por encima de sus propios intereses los de la sociedad a la que estaba obligado a servir y que ha mantenido la templanza y la ecuanimidad, incluso bajo la impresión de una agresión cobarde e insospechada, ése es el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy». No esperábamos menos de Paco Marhuenda.
EL MUNDO – 19/12/15 – VÍCTOR DE LA SERNA