Juan Carlos Girauta-ABC

  • No parecía que Transportes Ábalos diera para mucha iniquidad. Pero nos ha sorprendido

Según el juez, las zonas de tránsito de las terminales aeroportuarias españolas no son suelo español ni, por tanto, territorio Schengen. De ahí que los funcionarios que se abstuvieron de detener a la dulce Delcy cuando su encuentro con Transportes Ábalos no incurrieran en ilícito alguno.

Pero si la verdad es la verdad la diga Agamenón o su porquero, la mentira es la mentira la diga el porquero o su juez. Las terminales por donde Delcy se deslizó y pernoctó mientras le movían las cuarenta maletas de Alí Babá son territorio español y, por ende, territorio Schengen, y si en España sigue existiendo la Justicia esa será la última palabra.

No parecía a simple vista que Transportes Ábalos diera para

mucha iniquidad. Ya saben, en el mediocre todo es mediocre. Pero nos ha sorprendido. Incluso a los que sabíamos que lo de Sánchez era una banda. Empezamos a identificar una pauta: la clave de la exitosa política gubernamental es ir siempre un paso más allá de donde habría ido el más malvado y el más estúpido antes de la era Sánchez. Es un funambulismo moral que admira y anima a la escoria varia, exterroristas, para empezar, si es que cabe el prefijo.

«Bildu ha sido más responsable que el PP», reflexiona Transportes Ábalos. Es frase que invita a la arcada, al exabrupto a lo Fernán Gómez e incluso al exilio. Mire, si Otegui es la opción, ETA acertó al asesinar. ¿Me sigue? Ese es el detritus que deja la estrategia del Gobierno. El PSOE ha habilitado un cuarto oscuro tras una puerta ciega en un pasillo condenado: ahí se amontonarán los cadáveres, abandonados al olvido. Quieren cambiar el régimen abrazados al terrorista estratega y usar siempre más como espantajo a una «derecha» que jamás gobernará, como anunció Iglesias.

No tenemos que adivinar las intenciones de El Gordo, el terrorista por el que apuesta Sánchez para rediseñar la vida española. Nos las ha explicado él: «Para que algún día España sea roja, republicana y laica, esa España tendrá que estar anteriormente rota». Esa es la visión de Otegui, ideas y acción, teórico que habla con la autoridad del secuestrador, cocinero antes que fraile. O sea, que ha jugado a la ruleta rusa con su rehén antes de dirigir el Estado con Sánchez e Iglesias.

Convendría que nadie se engañara con el PSOE. Transportes Ábalos no es una excepción. Puede ser más tosco, más crudo que simonillas y margaritas, que Calvos y Calviños, pero todos atienden a la lógica del sanchismo. Y sí, uno de los pasos estratégicos de la banda es invertir la jerarquía moral sobre la que se ha levantado la democracia española mientras ETA la llenaba de concejales muertos, de policías muertos, de niños muertos, de guardias civiles muertos, de diputados muertos, de militares muertos y de viandantes muertos. Sobre esa inversión se levanta el nuevo poder. Aplaudan. Y los de los palcos, como dijo Lennon, que agiten las joyas.