Itziar Reyero-ABC           ENTREVISTA

  • Avisa de que Ferraz pagará en las urnas el «ejercicio de desmemoria» con Bildu y su última cesión a ERC: «El tachón del español es mortal de necesidad»

Nicolás Redondo Terreros (Portugalete, Vizcaya, 1968) lanzó el jueves un aldabonazo desesperado apelando a la conciencia de los socialistas para que se rebelasen ante la comunión del Gobierno de Sánchez con Bildu. «Ya que no pueden salvar la dignidad colectiva del partido, salven la suya», pidió el exsecretario general del PSE (1997-2001). El también presidente de la plataforma «La España que reúne» lamenta que el PSOE participe de la «destrucción» del sistema constitucional del 78 haciendo política desde los extremos.

—¿Dónde está el viejo PSOE?

—Falta crítica en el partido cuando se está en el Gobierno, es la enfermedad de siempre. A muchos les parece insuficiente, pero hay que reconocerles que algunos han alzado su voz, han manifestado su rechazo

 o malestar. Los partidos tienen su disciplina. Otros hemos conquistado la libertad a base de no tener responsabilidades. A mi juicio el PSOE necesita una reflexión de carácter colectivo. El acuerdo con HB Bildu tiene problemas éticos. Y si se destruyen los principios éticos, se destruye la confianza en la democracia. Quienes lo justifican dicen que HB Bildu es un partido legal, pero no es normal. Para serlo, es imprescindible que haga una crítica política seria de los 40 años de terror de ETA. Esto debería ser inamovible por encima de las conveniencias, estrategias y ambiciones. Tenemos un compromiso mayor con la moral, la verdad y nuestra propia biografía política.

—Afirma que Iglesias marca el paso y el PSOE se deja hacer ¿Sánchez está ciego o es que le da todo igual con tal de seguir estando en el poder?

—Quien tiene una estrategia, un discurso y un proyecto a corto y medio plazo es Iglesias. Y ante eso, el PSOE no opone un proyecto, sino una gestión improbable. Esto sitúa la política en la periferia y hace que los socialistas renuncien a la defensa de muchos logros de los que fuimos protagonistas. Me preocupa España. Iglesias siempre ha estado con los enemigos del 78. Yo no he visto en la ya larga vida activista de Iglesias que haya hecho una crítica a ETA.

—En Ferraz destacan hoy que Rubalcaba decía: «o bombas o votos». Pero también acuñó lo del «Frankenstein».

—Los socialistas siempre propusieron que dejaran las armas e hicieran política. En el pacto de Ajuria Enea o el pacto de Madrid, que fabricó otro personaje extraordinario, Txiki Benegas. Eso es cierto. Pero que vengan a la política no les da derecho a ser los primeros del club. Ante la disyuntiva Casado o Otegui no se puede preferir a Otegui. Ante la disyuntiva Arrimadas o Otegui no se puede preferir a Otegui.

—Y ante la disyuntiva Otegui o Vox, no se puede preferir a Otegui.

—Desde luego. Aunque no prefiero ninguno. Luego podemos hablar del gran problema que tiene España de centralidad y moderación y creo que Vox y Podemos perjudican ese espacio de centralidad y reformismo. Las sociedades que progresan, asientan las democracias, son las que se desenvuelven en el centro. Vox y Podemos son un peligro. Pero no tiene comparación con HB Bildu, que ha amparado, justificado y rentabilizado el terrorismo.

—El PSE participa del cordón sanitario a Vox en el Parlamento vasco, ¿se negaron a debatir con HB cuando ETA asesinaba a sus compañeros?

—No, no. (Cabecea) El asesinato de Fernando Buesa fue especialmente doloroso. Era mi portavoz, discutía con ellos en la Cámara. Combatimos sus ideas, pero nunca les quitamos la palabra. Es un error grave del PSE y es incoherente porque no se la hemos quitado ni a los que nos mataban.

—¿Traiciona el PSOE la memoria de los socialistas asesinados?

—Yo soy muy cuidadoso con la adjetivación en la política. No puedo pensar que los socialistas vascos traicionen la memoria de los socialistas asesinados, pero terminan haciendo un ejercicio de desmemoria, de olvido en aras a unas conveniencias muy coyunturales. No quiero hacer una valoración personal de gente que estimo y ha sufrido conmigo, pero deben comprender que el pasado siempre exige mucho y un pasado pleno de heroísmo individual, de compromiso, de derrota diaria del miedo, exige doblemente.

—El PSE aún tiene cierta prevención a pactar con Bildu en el País Vasco. Pero está Navarra, esto va rápido…

—Que no se descuide el PNV, no es un partido querido por Podemos. El PNV ha hecho una juego arriesgado, oportunista como siempre. Y hoy tiene que competir en Madrid con EH Bildu. Pero es que nosotros creamos otro problema. Cuando vengan con su estatuto soberanista no podremos decir que Bildu no es un socio normal con el PNV.

—Zapatero desencadenó el blanqueo de Otegui como «hombre de paz».

—En Zapatero existe una confusión mental que desvirtúa sus méritos. Yo dejé la política por Zapatero. Es verdad que bajo su presidencia derrotamos a ETA, tenemos que tener el valor de reconocer los méritos de nuestros adversarios. ¿Se hizo de la mejor forma posible? No. ¿Se hizo buscando un cierto aislamiento del PP? Yo creo que sí. Le critico que impulsara la forma de hacer política con base en el pacto del Tinell. Que prefiriera a los nacionalistas al PP y se embarcara en el proceso extrañísimo de cambio del Estatuto catalán sin el acuerdo previo del PP.

—Hemos vuelto ahí.

—¡Estamos peor! Después de ayer (por el pacto presupuestario con Bildu) tengo la impresión de que se consolida una mayoría rupturista y radical que no necesita los pactos con la otra parte; al contrario, que sobrevive por no pactar con el PP. La estrategia de conflicto les aglutina y les da mayoría para tres años. No sé cómo quedará el PSOE, pero sí sé que es malo para España.

—¿Tres años? Le veo optimista. Según Iglesias, el PP no volverá…

—En Iglesias hay una atractiva mezcla de matonismo y zafiedad. Su partido no va a rentabilizar esto. Ha desaparecido en Galicia, ha perdido la mitad en el País Vasco, en Cataluña es el de Ada Colau. Ha llegado al deseo de todo totalitario, que el partido sea él. Y Echenique.

—¿Al PSOE le pasará factura tachar el castellano de la ley de educación?

—El tachón del español es mortal de necesidad. El primer perjudicado va a ser Iceta, que tiende a dulcificarse en campaña.El PSC lo pagará, sin duda. En el resto de España no se comprende. Por suerte, el español no depende del Gobierno, ni de Rufian ni Otegui. Es una lengua tan espléndida que va a seguir, como un gran río. Pero simbólicamente tiene su importancia. Como a mí, a cualquier persona de Dos Hermanas, Toledo, Badajoz o Asturias le molesta que se discuta la lengua vehicular para contentar a ERC.

—Lo mismo que el pacto con Bildu.

—Yo creo que todos los dirigentes que lo justifican saben que está mal y cuando terminan, piensan: «Buf, menudo sapo me ha tocado». Ellos lo digieren, pero los ciudadanos no. ¿Alguien ha pensado cuando ha hecho esto en cuántos guardias civiles y policías de menos de 30 años que fueron asesinados por ETA, en la flor de la vida, de Castilla-La Mancha, de Extremadura? ¿Han pensado en aquellas familias que sabías de dónde eran, si eran castellanos o andaluces, sólo por la reacción ante el hijo muerto? Los socialistas de Castilla-La Mancha, Extremadura, Madrid, Asturias, Andalucía, sí. Se acuerdan. Poseen una memoria poderosa, larvada, que no se conjuga con conveniencias, sino solo con posiciones éticas y morales.

—¿Cómo ve a Pablo Casado?

—Ha roto la foto de Colón y la enterró con su inteligente intervención frente a Vox. Casado se ha situado en el centro del tablero. Y no se lo van a quitar.