Había ayer malos augurios que pesaban sobre la campaña electoral. Era el aniversario de Hipercor, 35 años, y Con decir que en tu tierra se cayó el Torico, no digo más… Pero es obligado empezar por el talento inmenso de Luigi que ayer estuvo cumbre en mi blog, al escribir el editorial más lacónico y más inapelable de la historia.
Este: Elecciones en Andalucía. “Despeñapedros”.
Ayer se echó de menos un titular de El país a la altura del momento histórico. Algo como: Andalucía, qué digo Andalucía, España entera en vilo a la espera de la reacción de Adriana Lastra”. Al final, la reacción no fue para tanto, salvo las tonterías de rigor. Entre ellas cabe destacar una conclusión de peso: Ella destaca como rasgo señalado de las elecciones: “La poca confianza que Moreno Bonilla tiene en los andaluces y las andaluzas”. Hombre, mujer, es más acusada la enorme confianza que los andaluces y las andaluzas tienen en Moreno Bonilla.
Debo confesar que ayer, a las ocho en punto, cuando se cerraron los colegios y se abrieron las encuestas, al oír la de Narciso Michavila, la negué rotundamente. ¿Entre tres y seis escaños más que la mayoría absoluta?¿A quién se le ocurre? Al cuerpo electoral andaluz, porque Michavila lo clavó.
Ya tenía yo ganas de aplicar el calificativo ‘histórico’ con propiedad y esta era una cocasión: Juanma Moreno ha arrasado a todos sus adversarios: A Juan Espadas a quien ha dejado tres escaños por debajo del mínimo de Susana Díaz en 2018. Produce vértigo considerar que el PSOE obtuvo 47 escaños en 2015, bajó a 33 en 2018 y ahora se queda en 30.
También se ha impuesto a Vox. Macarena ha sacado dos escaños más de los que tenía, pero su fracaso lo determinan sus altas expectativas. Soñaba con 20 escaños y la cualidad de imprescindible para alcanzar la mayoría que permitiera a los suyos entrar en el palacio de San Telmo. No podrá ser.
¿Qué decir de Juan Marín? Hace cosa de un mes sostenía Ciudadanos que “en las elecciones andaluzas no sería ‘un desastre’ perder 20 escaños”. Xavier Pericay, un padre fundador del partido naranja, argumentaba lleno de sentido común y algo de carga irónica: “Peor sería perder 21, sin duda”. Justo el resultado, aunque estos optimismos desaforados han sido seña de identidad del partido naranja. Ayer mismo, con la encuesta de Michavila flotando en el aire, el director de la campaña electoral, Miguel Gutiérrez, vaticinaba que “el Gobierno del cambio se va a volver a reeditar. Otro desastre es el de la izquierda extrema que sumando sus ddos expresiones queda diez escaños por debajo de los que alcanzó Podemos la noche en que Pablo Iglesias proclamó la alerta antifascista.
El tío cascarrabias: La periodista de Antena3 que cubre las elecciones desde Málaga ha informado in situ que la mayor participación de electores sobre la anterior convocatoria «se está notando sobre todo en los colegios electorales».
Pastrana colgaba un tuit que forzaba mucho la credulidad de los lectores. Podría pensarse que era un fake: un votrante pregunta en un colegio electoral a la candidata Inma Nieto cuál es el nombre de su partido para poder votarla y ella responde: “Pues ahora mismo tendría que consultarlo”. Pero un mensaje de Podemos viene a confirmar indirectamente la anécdota: Podemos Andalucía. URGENTE:»Pasa este mensaje entre tus contactos. En los colegios electorales (tambi´n nos estaba pasando en actos de campaña) muchas personas preguntan cuál es la candidatura en la que está Podemos. Estamos dentro de ‘Por Andalucía’».
Mi buen Parker traía lo que ella ha bautizado acertadamente con ‘Reflexiones desde detrás de la columna’. Era una reflexión de Tania Sánchez Melero sobre el asunto de Oltra: “No he leído el auto de imputación de Mónica Oltra. Me temo que los tertulianos que están opinando que debe dimitir, tampoco.” Bastaba la primera frase para no seguir leyendo, pero da la clave del criterio con el que elige Pablo Iglesias sus parejas: por el nivel intelectual.
El fin de semana nos ha impedido glosar como se debe el esperpento que Compromís organizó en Valencia para celebrar la imputación de Mónica Oltra. Madre mía, qué portadas con la foto del espantajo valenciano. Pero para tonto, Joan Baldoví, que bailó junto a la encubridora y dijo: “Si tocan a una, nos tocan a todos”. No, hombre, la única a quien han tocado en este caso ha sido a Teresa, la adolescente a la que visitaba por las noches el marido de Oltra.