Nos quieren reconciliar

Santiago González, santiagonzalez.wordpress.com, 1/7/11

Se llaman a sí mismos ‘Presos comprometidos con el proceso irreversible de paz’. Para que un compromiso, cualquier compromiso, tenga algún valor, es preciso que en primer lugar siga algún fin aleatorio, que pueda suceder o no. En segundo lugar, hace falta que el comprometido se juegue algo personal, que su vida no siga igual a partir de ese momento. En el caso que nos ocupa, vemos que falla la primera condición: llamarse presos comprometidos con el proceso irreversible es como llamarse ‘presos comprometidos con la ley de la gravedad’, una perfecta inutilidad, mera redundancia. Veamos un ejemplo del segundo caso. Es como si Zapatero hubiera dicho en 2006 (lo dijo con una docena de perífrasis): “Estoy comprometido con el proceso de paz”. Esta expresión sólo habría tenido sentido si el 30 de diciembre de 2006, al tener noticia del atentado en la T-4 de Barajas, hubiera presentado la dimisión.

En el comunicado, remitido a EL CORREO,

los exmiembros de la banda, liderados entre otros por los históricos Joseba Urrosolo Sistiaga, Carmen Gisasola, Kepa Pikabea, Rafa Caride y Josu Garzia, además de Jurgi Oteiza y Andoni Altza, no sólo apuestan por pedir a Bildu que dé pasos para desbloquear las cuestiones de los presos y las víctimas, sino que también aseguran que se debe «hacer una reflexión crítica del pasado», en referencia a las acciones de la banda. Todo el escrito supone una apelación a la izquierda abertzale para que sea parte activa en la normalización de la sociedad y para que no se quede esperando a los pasos que pueda dar ETA.

Todo el comunicado rezuma cálculo electoral y conveniencia. Es muy notable que los presos disidentes no hayan pedido perdón a sus víctimas, sino en el confesionario que a tal efecto ha dispuesto el Ministerio del Interior. Sienten lo que la moral católica llamaba dolor de atrición. Es comprensible, tanto como la negativa de las víctimas a perdonar.¿Qué es el perdón, después de todo?¿Cómo puede reconciliarse una víctima con su asesino? La política vasca, al igual que la cocina española al decir de Julio Camba, está demasiado influida por el ajo y por las preocupaciones religiosas. José Mª Ruiz Soroa puso un poco de orden conceptual en esta invitación a no confundir reconciliación y convivencia.

Santiago González, santiagonzalez.wordpress.com, 1/7/11