PNV y Sortu coinciden en exigir la supresión de la Delegación del Gobierno en Euskadi

EL CORREO 17/08/13

· Los partidos nacionalistas centran sus ataques en la figura de Carlos Urquijo al que acusan de «politizar» las fiestas.

PNV y Sortu se unieron ayer a la hora de acusar al delegado del Gobierno, Carlos Urquijo, de haber «politizado» las fiestas vascas por haber recurrido ante los tribunales los nombramientos de Pablo Gorostiaga, encarcelado por colaboración con ETA a través del ‘caso Egin’, como pregonero en Llodio y de Jone Artola como txupinera de la Aste Nagusia de Bilbao. Ambas formaciones nacionalistas consideran al representante del PP el auténtico culpable de la «tensión» que, aseguraron ambas fuerzas, se ha generado en Euskadi en las últimas semanas, a pesar de que los jueces han dado la razón, por el momento, a los recursos presentados por la Abogacía del Estado al entender que la designación de esos dos cargos festivos puede suponer un «menosprecio» a las víctimas del terrorismo.

La polémica por estas decisiones judiciales ha ido creciendo a lo largo de la semana y alcanzó ayer su cénit. Hasta el punto de que la organización juvenil de EA pidió nombrar al delegado del Gobierno persona ‘non grata’ en Bilbao. Los dos partidos nacionalistas también lanzaron sus reproches hacia Urquijo y exigieron la supresión de la Delegación del Gobierno por entender que se trata de «una figura impuesta» que trata de «obstaculizar y poner palos en la rueda del proceso de paz» y que «está de sobra» porque «para lo único que sirve es para generar tensión y crispación».

La izquierda abertzale anunció, incluso, que «en septiembre», a la vuelta de las vacaciones de sus principales dirigentes, abrirá conversaciones con el resto de fuerzas, «en especial» con el PNV, para impulsar una iniciativa parlamentaria en la que quede constancia de que las instituciones vascas están en contra de que el Gobierno de Madrid tenga una representación en Euskadi. Una iniciativa que podría salir adelante por la mayoría de que disfrutan las dos fuerzas nacionalistas en la Cámara de Vitoria pero que, en todo caso, tendría un corto recorrido porque el entramado de organismos de la Administración central está regulada en la Constitución y depende de los acuerdos a los que se llegue en el Congreso y el Senado. La formación jeltzale no se comprometió ayer a secundar la propuesta de Sortu y se limitó, en conversación con este periódico, a señalar que estudiarán el tema en función de la iniciativa que la izquierda abertzale presente.

La crítica más contundente a la gestión de Carlos Urquijo procedió precisamente del máximo responsable del PNV. Si el martes el secretario de Relaciones Institucionales, Koldo Mediavilla, acusó al delegado del Gobierno de ser una «pirómano», el presidente del EBB, Andoni Ortuzar, optó por reprochar al

representante del PP haber originado «una polémica absolutamente artificial» con las fiestas vascas. Censuró a Urquijo por «hacer el caldo gordo» a la izquierda abertzale con unos recursos judiciales que permiten a Sortu echar mano del «victimismo que siempre le caracteriza» y salir «ganando victorioso».

Ortuzar criticó que se haya «querido politizar las fiestas de la peor manera posible» y dijo que su partido mantiene ahora «la misma» actitud que cuando reprendía a Batasuna por «aquellos jueves y viernes gordos» de fiestas de Bilbao en los que se registraba «la polémica de las banderas». «Nosotros siempre hemos sostenido lo de ‘jaietan jai’, que en las fiestas lo que hay que hacer es festejar y blindarlas de politiquerías». Y acusó a Urquijo de haber abierto una «polémica absolutamente artificial» y de estar utilizando «el nombre de las víctimas, como tantas veces en este país» en un intento, aseguró, de «desviar la atención y crear una polémica artificial donde no la había para esconder otros casos», en referencia a la investigación judicial sobre las cuentas del PP y la oscura fortuna del extesorero Luis Bárcenas.

Críticas del PSE

Ortuzar insistió, en este sentido, en que el PNV, desde hace décadas, ha reclamado la desaparición de la Delegación del Gobierno en Euskadi por entender que es un órgano que «está de sobra». Y «doblemente de sobra» ante actuaciones como las de estas últimas semanas. Unos recursos judiciales que, enfatizó el presidente del PNV, «para lo único que sirven es para generar tensión, generar crispación».

Una idea en la que coincidió con la izquierda abertzale. Los portavoces de Sortu Joxean Agirre y Amaia Izko denunciaron en rueda de prensa que el delegado del Gobierno es «una figura impuesta» que tiene como única función «obstaculizar y poner palos a la rueda del proceso de paz y normalización política». Y retomando un adjetivo empleado primero por el burukide Koldo Mediavilla apremiaron al PNV a «ir más allá» de las «meras denuncias verbales» para impedir que «el pirómano Urquijo siga causando más fuegos con el objetivo de entorpecer este nuevo tiempo».

La figura del delegado del Gobierno no encontró tampoco amparo entre el PSE. Su portavoz parlamentario, José Antonio Pastor, repartió culpas entre Urquijo y la izquierda abertzale. De los dirigentes independentistas lamentó que intenten «controlar los espacios festivos», una labor en la que, dijo, «han encontrado un acompañante ideal» en Urquijo. El representante socialista coincidió con el PNV y Sortu en que la polémica suscitada es «artificial» y, «en parte, creada y provocada». «No ayuda en nada a la convivencia», insistió, antes de recomendar a Carlos Urquijo que tenga «la cabeza fría y los pies en la tierra» para «tomar las decisiones con inteligencia política». «En esta ocasión –censuró– ha actuado con exceso de celo».

EL CORREO 17/08/13