Populismos

RAMÓN PÉREZ-MAURA – ABC – 15/03/16

· Vargas Llosa comete el peor de los pecados. Es políticamente incorrecto y contumaz.

· Corría el año 1984 y yo estaba en mi primer año de carrera cuando alguien me regaló una novela fascinante: «Historia de Mayta». Mario Vargas Llosa narraba en ella las peripecias del trotskista peruano Alejandro Mayta, que en 1958 acaudilló una intentona revolucionaria y que fue posteriormente detenido varias veces en diferentes incursiones pseudolevantiscas, para terminar su vida de la forma más humillante que puede acabar un revolucionario: en el olvido.

Me pareció un libro fascinante porque era una excelente narración del daño que habían hecho aquellos radicales de las décadas de 1950 y 1960 y un gran relato de la futilidad de sus propósitos. Pero como en la España de 1984 se vivía una borrachera de progresismo, el libro de Vargas Llosa fue masacrado por la crítica: el mensaje político que contenía iba a contracorriente.

Algo parecido sospecho que es lo que está ocurriendo con la última novela del Nobel, «Cinco esquinas». Esta no es una novela sobre una relación lésbica ni sobre la prensa sensacionalista. Esos no son más que ingredientes de una historia que es una excelente descripción del fenómeno del populismo político. Porque ese populismo que hoy amenaza con triunfar en España o Francia, que ya se ha impuesto en Grecia, tuvo antes su triunfo en el Perú de la década de 1990. Un candidato populista, Alberto Fujimori, conquistó el poder de la mano de uno de los seres más siniestros de la historia política de Occidente, un verdadero «príncipe de las tinieblas»: Vladimiro Montesinos. Y Montesinos ocupa un lugar central en esta novela en la que dirige todo parapetado tras el alias de «el Doctor».

«Cinco esquinas» es un recordatorio del uso que hacen los populismos de los medios de comunicación para amedrentar a sus opositores. Pero claro, vivimos en tiempos en que hay demasiados populismos en gestación a nuestro alrededor. Populismos engendrados desde los medios de comunicación. Y es imaginable suponer que una descalificación de ese tipo de engendro político como la que hace de forma amena y atractiva Mario Vargas Llosa está condenada de antemano. Porque Vargas Llosa comete en esta novela el peor de los pecados: es políticamente incorrecto. Y contumaz, porque no es esta la primera vez que cae en esa falta.

Y eso es muy difícil de tolerar para quienes se creen armados de una legitimidad intelectual para definir, en pleno siglo XXI, qué novelas son aceptables o no según el enfoque político que contienen. «Cinco esquinas» puede parecer una frivolidad, pero es que no hay nada más frívolo que el enfoque de la vida que tienen algunos populistas. Y no hace falta irse a buscarlos al Perú. Los personajes de esta novela los encuentras en Madrid: en el Congreso de los Diputados, en nuestro duopolio televisivo y en la calle Serrano.

RAMÓN PÉREZ-MAURA – ABC – 15/03/16