ABC 28/09/15
· Además de la dirección de la banda terrorista, se les atribuye la posesión de armas, munición y documentación falsa
Los dirigentes etarras Iratxe Sorzábal y David Pla, detenidos el pasado martes en Saint-Étienne-de-Baïgorry, ya están en la cárcel. La justicia antiterrorista gala ordenó ayer su ingreso en prisión, a instancias de la Fiscalía, por «dirigir una organización creada para preparar atentados contra personas con fines terroristas». Además de este delito se les imputan los de receptación de financiación del terrorismo, posesión de armas y munición, porte y transporte de armas y municiones, receptación de armas y municiones provenientes de un robo a mano armada, y posesión de documentos administrativos falsificados», todo ello dentro de una banda organizada con fines terroristas.
Junto a Sorzábal y Pla, fueron arrestados en la llamada operación Pardines –con la que la Guardia Civil dio por desmantelada la cúpula de ETA–, el antiguo responsable del aparato internacional de ETA Ramón Sagarzazu y el dueño del caserío donde se produjo el encuentro, el ciudadano francés Pantxo Flores. A ambos se les imputa el delito de asociación de malhechores con fines terroristas, el equivalente a pertenencia a organización criminal en la legislación española.
Planes frente a las generales
Sorzábal (43 años) y Pla (40 años) tenían sendas pistolas cuando fueron capturados en Agorerreka, el caserío de Flores, donde también se encontraron documentos de identidad falsos y otra documentación que será clave para reconstruir los movimientos internos de ETA en los últimos años y, lo que da más trascendencia al operativo, conocer los planes de los cabecillas de aquí a las próximas elecciones generales. Y es que David Pla e Iratxe Sorzábal fueron detenidos cuando acudían a una cita en una casa rural de Saint-Étienne-de-Baïgorry, cerca de la frontera con Navarra, para ultimar nuevas argucias ante las generales.
Como informó ABC, la operación Pardines, bautizada así en homenaje al guardia civil asesinado por la banda el 7 de junio de 1968, es fruto de una laboriosa investigación iniciada hace ya tiempo en torno a ambos cabecillas. Fue clave el rastro dejado por el entorno de Iratxe Sorzábal, pues llevó a los agentes hasta la casa rural Agorerreka, de tres plantas, situada a pocos kilómetros de Saint-Étienne-de-Baïgorry. Un paraje solitario, lo que dificultó el despliegue del dispositivo preparado días antes y que sin embargo se pudo llevar a cabo sin llamar la atención.
Sorzábal y Pla llegaron a la citada vivienda momentos antes del arresto procedentes de sus respectivos escondites, para mantener una reunión, a la que también estaba invitado Ramón Sagarzazu, «Ramontxo», un veterano curtido en el terror durante los «años de plomo». La cita estaba catalogada de «máxima seguridad». Era el momento adecuado para intervenir. Ni Sorzábal ni Pla opusieron resistencia. Tampoco «Ramontxo», ni el cuarto detenido, Pantxo Flores.
Según ha podido saber ABC de fuentes antiterroristas, los jefes etarras controlaban personalmente los contactos internacionales de la organización terrorista: «lobby» de Bruselas, Conferencia de Ayete, Conferencia de Bayona, verificadores y mediadores encabezados por un Brian Currin a quien le sorprendió la redada de visita en el País Vasco. Resulta significativa la asistencia a la cita de «Ramontxo», antiguo integrante del «aparato internacional», que fue puesto en libertad en libertad en 2012, tras cumplir 10 años de prisión en Francia.
«Paz por presos»
Con anterioridad, «Ramontxo» fue arrestado en Romans Sur Isère, en mayo de 2005. Entonces se dedicaba a preparar planes para que el Gobierno negociara con ETA, tal y como acreditó un lápiz de memoria que se le intervino. La presencia de los tres avala la hipótesis de que, a menos de tres meses de las generales, ETA preparaba nuevas propuestas trampas para negociar «paz por presos», con la esperanza puesta en un ejecutivo presidido por Podemos o el PSOE.