EL MUNDO – 25/02/16
· Sánchez y Rivera presionarán a izquierda y derecha para lograr la abstención de Podemos o PP.
No ser la piedra que haga tropezar a España en otras elecciones. Vestirse con el traje del sentido de Estado y apuntar con el dedo a quienes, entienden, no han tenido voluntad de diálogo, de pacto. El acuerdo insuficiente alcanzado entre el PSOE y Ciudadanos no tiene otra misión, a día de hoy, que señalar a PP y Podemos. Lo que ambos califican como «la pinza», instalada en «el bloque del inmovilismo» que prefiere que Mariano Rajoy siga en La Moncloa.
El relato que quisieron construir ayer Pedro Sánchez y Albert Rivera con su apretón de manos fue: «Nosotros no somos los culpables». «Si hay quien considera que esto no es un acuerdo de izquierdas, que lo lean y digan en qué», espetó con dureza Sánchez a Pablo Iglesias. «Es un acuerdo entre constitucionalistas, al que esperamos se sumen otros constitucionalistas y que no prefieran otro Gobierno», dijo Rivera a Rajoy.
PSOE y Ciudadanos saben que sus 130 escaños son insuficientes para investir a Sánchez. Lo asumen. Por eso C’s ha aceptado que la reunión con el PP no sea hasta después del 5 de marzo, como pretenden los populares; esto es, tras la segunda votación (supuestamente fallida) de investidura. Pero Rivera se ha autoadjudicado el rol de quien no bloquea las instituciones.
Su partido recuerda que ya lo hizo en Andalucía y Madrid y que ahora, con un Congreso tan fragmentado, mantiene su actitud. «Es momento de trabajar por un Gobierno reformista, limpio, sensato y constitucionalista. No vale pasar palabra y quedarse sólo en el no», reflexionó Rivera. «Que otros expliquen por qué no están de acuerdo con un pacto de esta naturaleza», añadió.
La Ejecutiva de C’s aprobó ayer votar a favor de la investidura de Sánchez, rectificando meses de afirmaciones donde lo negaban y sólo concedían la abstención. Lo hicieron aun a sabiendas de que sus 40 escaños no son decisivos y con la amenaza de unas nuevas elecciones cada vez más presente. Ese voto afirmativo sería uno de los argumentos de ataque de sus rivales.
Ciudadanos ha intensificado en las últimas semanas su encendida defensa por la unidad e igualdad de los españoles. «Nadie puede romper la igualdad y la convivencia de los españoles. Era una condición básica. La convivencia no es negociable», zanjó Rivera. Un discurso agradecido para el centroderecha, a la vez que firma un acuerdo con la izquierda. Rivera insiste en trabajar por la abstención del PP, no tanto para la próxima semana como para los dos meses que quedarían por delante antes de convocar nuevas elecciones. Ciudadanos cree que el tiempo puede pesar a Rajoy: corrupción, caída en las encuestas, presiones… Son las claves que manejan para apelar al paso del tiempo y no desechar la abstención del PP.
En el lado socialista, Pedro Sánchez sabe que está sobre el alambre. Tanto de cara a la investidura de la semana que viene –que se prevé fallida casi a un 90%– como en su partido. El líder del PSOE ha conseguido un acuerdo –para el que ha renunciado a elementos nucleares de su programa– con un partido de centroderecha. Pero ahora necesitaría que no se le descuelgue toda la izquierda tras la marcha de Podemos. Con esa negociación, los socialistas quieren dejar en evidencia al partido de Pablo Iglesias. Ayer, en el primer asalto, no lo consiguieron. IU y Compromís suspendieron el diálogo.
Los socialistas esperan encajonar a Podemos entre la espada de votar la continuidad de Rajoy y la pared de apoyar a un presidente socialista con un programa que recoge algunas de las reivindicaciones del partido morado. «Pablo Iglesias tendrá que explicar a sus votantes por qué va a votar no al ingreso mínimo vital, no al plan de lucha contra la pobreza, no a paralizar la Ley Wert,no a la derogación de artículos de la Ley Mordaza y no a una batería de medidas contra la corrupción», dijo gráficamente el portavoz del PSOE en el Congreso, «y tendrá que explicar por qué vota en contra de un presidente socialista para que haya un Gobierno de cambio».
Antonio Hernando protagonizó ayer una comparecencia durísima contra Pablo Iglesias, que se ha convertido, dijo, en «la gran esperanza de Mariano Rajoy». Aún así, aseguró que mantiene la puerta abierta a Podemos a pesar de «sus mentiras» porque «los españoles se merecen que les tendamos la mano».
El portavoz del PSOE en el Congreso aseguró que el acuerdo con C’s ha sido utilizado por Podemos como «una burda excusa» para abandonar la negociación a cuatro.
Con inusitada dureza, el jefe de los negociadores socialistas rechazó «la irresponsabilidad, las mentiras, las estrategias y las excusas» de Podemos, que «vive mejor con Mariano Rajoy y con el PP en La Moncloa». Aun así, les tendió la mano para que vuelvan al diálogo.
EL MUNDO – 25/02/16