LUIS VENTOSO – ABC – 08/01/16
· Ese es el balance de los «ayuntamientos del cambio».
Los apriorismos dogmáticos priman sobre la realidad, que no cuenta. La charlatanería neomarxista y el odio al adversario se anteponen a los datos contables. Los empresarios son secundarios, un mal con el que hay que convivir, pero el liderazgo económico corresponde al Estado. La intervención pública y las subvenciones nos redimirán a todos de los insufribles abusos del capitalismo y su casta, haya o no dinero en las exhaustas arcas públicas. El esfuerzo y el mérito personal, la lucha individual por ir a más, son sospechosos. Esta es la visión del mundo de los «divertidos» –Carmena dixit– ayuntamientos de Podemos, operativos por cortesía del PSOE y el acreditado ojo clínico de Sánchez.
En plata: vendedores de crecepelo que ni siquiera se molestan en meter algún ungüento en la botella. Les basta un bla, bla, bla pueril, revanchista y milagrero, que bien enfatizado en ciertas televisiones ha captado a jóvenes que quieren ser «diferentes» y a algunos votantes de buena fe, legítimamente enojados tras verse destrozados por la crisis.
Manuela Carmena no es un prototipo nuevo. He conocido perfiles similares en madres y abuelas de algunos amiguetes. Señoras bien que abrazaban como religión laica el llamado «progresismo». Gente original, con un encantador aire de sabias despistadas. Señoras de burguesía acomodada y solidario corazón comunista, sonrientes, de apariencia tolerante y moderna. Cuando rascabas, emergía justo lo contrario: maniqueísmo radical, certidumbres dogmáticas y el desprecio militante hacia el discrepante, que pasaba a ser «un facha».
Iglesias, de lo más inteligente que circula por nuestra política, utilizó a Carmena como amable candidata-títere para la alcaldía (un poco como lo de Tierno Galván en su día, tan simpático él, impertérrito en su traje cruzado cuando una actriz chusca le esgrimió una teta libertaria, pero cuyo legado real en el Ayuntamiento es un enigma). Carmena no ganó las elecciones. Pero Sánchez –¡qué crack!– le regaló la alcaldía de la capital de España. ¿Habilidades de Carmena? Era distinta, andaba en bici, viajaba en metro e iba a acabar con las terribles hambrunas de los niños madrileños (que no existían). ¿Resultado de Carmena? Ya lo dice ella: «Divertido». Un carrusel de ocurrencias frikis que animan el tertulianismo. Más que divertido, tal vez tragicómico.
La ciudad está más sucia, las empresas olvidadas y no existe ni un proyecto municipal relevante y atractivo. Madrid necesita atraer riqueza para que sus vecinos vivan mejor, competir en la liga global de las metrópolis. Pero eso no va con Doña Manuela, que rodeada de un equipo bisoño y romo trata de tapar sus inmensas carencias al estilo Zapatero, con cortinas de humo en forma de ingeniería social: revisar el callejero, molestar a los católicos, hacer politiquería hasta con las ilusiones navideñas de los niños, performances de buenismo cosmético a falta de ideas… Las matemáticas no existen. Ni las empresas. Ni los atascos. Ni la basura envileciendo el Manzanares. Lo importante son los okupas, el Valle de los Caídos, el Orgullo Arcoiris, la II República y darles la murga a los pobres taurinos. Qué plomada y qué pérdida de tiempo.
LUIS VENTOSO – ABC – 08/01/16