Rajoy acuerda con Cospedal ‘revisar otra vez la gestión’

EL MUNDO 20/01/13

· El líder del PP pone el foco de los sobresueldos en las explicaciones de los secretarios generales / «No me temblará la mano si tengo conocimiento de irregularidades»

El PP decidió finalmente «reaccionar» ayer frente al escándalo de las informaciones sobre el cobro de sobresueldos en dinero negro por parte de sus dirigentes.

Mariano Rajoy acordó con María Dolores de Cospedal «volver a revisar toda la gestión que se ha hecho; la de ahora, y la de hace más tiempo», en palabras de la propia secretaria general. La dos tomaba así el testigo de un Rajoy que, horas antes, en su muy esperada intervención ante la Interparlamentaria del PP en Almería, había prometido: «No me temblará la mano si tengo conocimiento de irregularidades».

En realidad, y pese a la expectación levantada, Rajoy había resultado demasiado críptico. Tanto, que muchos alcaldes se fueron al mediodía para sus casas con la clara inquietud de que su líder había optado por dar carpetazo al escándalo y zanjar en falso lo que calificó de mera «polémica».

«Esto requiere una gran solución», había llegado pidiendo, fuera de micrófono, uno de los ediles más significativos del PP, al que su presidente apenas recibió desde el atril con un mensaje moralizante: «Debemos esforzarnos por ser más ejemplares, si cabe».

Y es que Rajoy, que hizo su aparición en ese gran escaparate de la Interparlamentaria como si el jaleo político y mediático nada tuviera que ver con él, hizo una loa a la honestidad de sus militantes y altos cargos, y echó balones fuera al referirse a «personas que estaban asumiendo unas responsabilidades en el partido y que ahora ya no están», en clara referencia a su ex tesorero, Luis Bárcenas. «El partido actuó y se adoptaron las responsabilidades políticas», sentenció.

No obstante, sobre las informaciones sobre el dinero negro, el gallego no se mojó. El máximo responsable del partido redujo a un liviano comentario de pasillo el solemne desmentido que muchos populares esperaban. «Señor Rajoy, ¿ha habido sobresueldos en su partido?», le preguntó una periodista de La Sextamientras subía las escaleras mecánicas del Palacio de Congresos. «¡Sí, hombre!», replicó con ironía y cierto desdén.

Lo más lejos que llegó Rajoy a la hora de poner la mano en el fuego por los suyos en relación con el reparto de dinero negro, fue al hacerse eco de los desmentidos de «tres secretarios generales», en alusión a Javier Arenas, Ángel Acebes y la propia Cospedal: «Han dicho claramente que las cuentas del partido se han ajustado a la legalidad y no se ha producido irregularidad alguna. Creo que cuentan con una trayectoria de honradez y dedicación que es garantía para todos nosotros», afirmó.

Unas palabras con las que volvió a echar balones fuera: primero, al poner una implícita diana de sospecha sobre el primero de los secretarios generales de José María Aznar, y máximo mentor y amigo del propio Bárcenas, Francisco Álvarez-Cascos; y además, al obviar los 11 meses (septiembre 2003-octubre 2004) durante los que él mismo ocupó la secretaría general.

Unas palabras con las que, en todo caso, Rajoy puso el foco de cualquier explicación futura sobre los sobresueldos en quienes han ocupado ese cargo.

Así las cosas, fue entrada la tarde cuando Cospedal puso más en claro las cosas. La dos -que también revisó sus propias declaraciones de la víspera: «Ya hemos hecho todas las averiguaciones pertinentes», dijo en la Cope-lanzó su anuncio en el feudo de uno de los barones más fuertes del partido y que con más claridad entre muchos, había pedido una investigación interna, como es la Galicia de Alberto Núñez Feijóo. El presidente de la Xunta, que ayer refrendaba su liderazgo en el PP regional, había apostado la víspera, incluso, por que «el PP seguirá haciendo investigaciones, incluso más de las que ha hecho».

La presión de los barones, que la víspera se habían sucedido en tromba pidiendo «investigar si realmente ha habido algo» (Alberto Fabra) y «caiga quien caiga» (Esperanza Aguirre), resultó determinante. También pudo serlo la insistencia de los medios más próximos, que en sus ediciones digitales llegaron a recibir el discurso de Rajoy con cierta frialdad. La clave, en todo caso, estuvo en una reflexión del propio Rajoy: «Muchos españoles lo están pasando muy mal, haciendo frente a muchas dificultades en su vida diaria. Sólo les podemos pedir esfuerzo y sacrificios si nuestros compatriotas ven que nuestros comportamientos están fuera de toda sospecha». En palabras de la dos, «nada que ocultar».

Rajoy y Cospedal, cada uno por su lado, pusieron buen cuidado en desvincular el objeto de su nueva iniciativa a la recién descubierta cuenta multimillonaria de su ex tesorero, Luis Bárcenas, en Suiza. Ambos trasladaron el mensaje de que el partido no se hace responsable de un dinero del que sólo habrá de responder el ahora acusado ante la Justicia y que ésta «cuenta con el apoyo de este partido».

Pero en relación con los sobresueldos, presidente y secretaria acabaron por abrir una rendija a la transparencia. Lejos aún de admitir una investigación en toda regla o, mucho menos, encargar a nadie formalmente la tarea, la cúpula popular movió la primera ficha de una partida que tal vez podría deparar alguna sorpresa.

EL MUNDO 20/01/13