ABC 21/10/15
EDITORIAL
· El sondeo de ABC prevé un drástico desplome de PP y PSOE, pero los 56 escaños de Rivera quedarían abocados a pactar solo con Rajoy
EL sondeo de GAD3 que publica ABC dibuja un panorama complicado para el PP en las elecciones generales que, sin embargo y paradójicamente, apunta a un único Gobierno factible que aseguraría a Mariano Rajoy repetir con el hipotético apoyo de Ciudadanos. La encuesta, realizada sobre 2.600 muestras, prevé un desplome del PP, que pasaría de 186 diputados a tan solo 128, con una pérdida de 58 escaños. Se trata de una cifra muy por debajo de las estimaciones que el PP considera razonables, calculadas en unos 150-155 escaños. Sería un gobierno precario y en minoría, pero estable a fin de cuentas, que recuperaría una gestión política basada en acuerdos constantes y ajenos a los rodillos de las mayorías absolutas.
Ciudadanos irrumpe con 56 escaños. En un éxito sin precedentes, sería la tercera fuerza política, por debajo de un PSOE que se derrumba con estrépito y que rebajaría aún más su actual suelo histórico. De 110 escaños quedaría en 84. En cualquier caso, el severo castigo de las urnas a los dos partidos mayoritarios dejaría pocas opciones más a la formación de Albert Rivera que garantizar la gobernabilidad del PP –ambos sumarían 184 diputados–, bajo estrictas condiciones que obligarán a modificar sensiblemente los Presupuestos y la agenda política de Rajoy. El presidente del Gobierno aseguraría su supervivencia, pero condicionada por las imposiciones de regeneración de Rivera.
Pocas alternativas más cabrían en un escenario político muy novedoso, en el que se augura un duro final del bipartidismo tradicional. De hecho, la suma de escaños entre el PSOE y Ciudadanos, 140, sería insuficiente para formar Ejecutivo. Con estos resultados, Pedro Sánchez ni siquiera intentaría la inédita peripecia de gobernar siendo segundo partido. También sería inútil la suma entre socialistas y Podemos, que lograría 39 escaños, muy por debajo de las expectativas de Pablo Iglesias, cuyo mensaje ya transmite impotencia. La amenaza del populismo extremista parece conjurada, incluso con unos paupérrimos resultados de IU, de 11 a 4 escaños. Difícilmente podría conformarse un cordón sanitario de toda la izquierda contra el PP, y sería impensable que Ciudadanos se prestara a ese juego. Por otro lado, el brutal desplome de Convergència se compensa con un crecimiento de ERC y la entrada de la CUP, cortesía del errático Artur Mas.
Con estos pronósticos, el PP experimenta una caída casi fatídica, producto de cuatro años de desgaste y sacrificios, la pérdida de identidad como proyecto de centro-derecha y el deterioro de su liderazgo. La merma de 58 escaños, a favor de los 56 de Ciudadanos –una fuga matemática en toda regla– lo dice todo, pero el PP salva los muebles. Por contra, la huida masiva de votantes socialistas a Podemos dejaría a Sánchez en una situación más que delicada. Es seguro que Rivera condicionará la legislatura, pero a priori solo le cuadra hacerlo con el PP.