¿Rivera presidente?

CASIMIRO GARCÍA-ABADILLO – EL MUNDO – 30/11/15

· Si se dieran el 20-D los resultados que apunta el sondeo de Sigma Dos (realizado entre el 24 y el 26 de noviembre), Albert Rivera podría ser el próximo presidente del Gobierno.

Ciudadanos, con el 23% de los votos, obtendría entre 82 y 84 escaños, lo que supone entre cuatro y cinco más que el PSOE (20,2% de los votos) y unos 30 escaños menos que el PP, que se situaría en una horquilla de entre 111 y 115 (el 27,1% de los votos).

Con ese mapa político: ¿cuáles serían las opciones de gobierno? Si descartamos un pacto PP-PSOE, que ambas formaciones ven imposible, entonces sólo quedarían dos posibilidades: PP con apoyo de C’s; o bien, C’s con apoyo del PSOE.

La primera de ellas tiene la complicación fundamental de que Rivera ha manifestado en reiteradas ocasiones que no dará su respaldo a un Gobierno presidido por Rajoy. Por tanto, si el líder de C’s cumple su palabra, la única forma de cuadrar un Gobierno de centro derecha, sumando los escaños de PP y C’s, sería sin Rajoy o con un Ejecutivo presidido por el propio Rivera.

Si el líder de C’s planteara esa disyuntiva para pactar, ¿qué haría el PP? ¿Sacrificaría a Rajoy o se iría a la oposición?

En la primera de las hipótesis, Rivera gobernaría –de iure o de facto– y, en la segunda, probablemente también, porque si el PP rechaza su oferta C’s podría acordar un Gobierno de centro izquierda con el PSOE, con la condición, claro, de que Rivera fuera el inquilino de Moncloa.

Esta encuesta es fatal no sólo para los intereses de PP y PSOE, sino para el futuro de sus líderes. Ni Rajoy ni Sánchez sobrevivirían a unos batacazos tan monumentales. En cuatro años, el PP habría perdido más de 70 escaños, y el PSOE, más de 30.

Ahora bien, ¿hasta qué punto pueden darse estos resultados dentro de tres semanas?

La primera cuestión que debería alertar nuestro escepticismo es el número de indecisos que contempla la muestra: un 31,2% de los encuestados o no sabe a quién votará o no lo dice. Aunque aplicándole el corrector de la simpatía ese porcentaje se reduce al 11,9%, es todavía una cantidad suficientemente significativa como para que, si la unimos al margen de error (2,52%) del sondeo, seamos cautos a la hora de valorar sus resultados.

En un sondeo de Sigma Dos realizado entre el 21 y el 23 de julio, la estimación de Ciudadanos era del 11,1%, lo que significaría que el partido de Albert Rivera habría más que doblado sus expectativas de voto ¡en tan sólo cuatro meses! Eso implicaría que Ciudadanos habría sido el único partido que habría crecido en este periodo, robándole votos al PP, al PSOE y a Podemos.

Otras encuestas publicadas en los últimos días (Demoscopia, Encuestamos, Deimos,..) dan al PSOE ligeramente por encima de C’s. Ayer, el sondeo de Metroscopia publicado por El País daba un triple empate entre PP, C’s y PSOE. El último sondeo del CIS, realizado en octubre, otorgaba al PSOE un 25,3%: ¡más de 10 puntos por encima de C’s!

La enorme disparidad entre los distintos sondeos lo que demuestra es que existe una enorme volatilidad debida al elevado número de indecisos. Los partidos lo saben y por eso han lanzado a sus líderes a una campaña desaforada de apariciones televisivas en programas de entretenimiento: todos los votos son importantes.

Haciendo un cálculo de la media de todas las encuestas publicadas durante este mes de noviembre el resultado sería el siguiente:

– PP: 27%.

– PSOE: 22%.

– C’s: 19%.

– Podemos: 15%.

Basándonos en todos esos elementos, lo que se puede concluir es que el PP podría ganar las elecciones, pero muy lejos de la mayoría absoluta; que el PSOE podría quedar ligeramente por encima de C’s, que sería el partido clave para la formación del próximo Gobierno; y que Podemos se tendría que conformar con una estimable cuarta plaza, pero lejos del 20% de los votos.

Aunque los resultados del 20-D fueran más parecidos a esa media que a los datos que refleja la encuesta de Sigma Dos, lo esencial no cambiaría: el Gobierno dependerá de lo que decida Ciudadanos y Rivera tiene opciones reales para ser el próximo presidente.

Sin embargo, las cosas pueden cambiar mucho en tres semanas. Con un porcentaje tan alto de ciudadanos dudando a quién votar, los debates que se van a celebrar podrían inclinar la balanza a uno u otro lado.

Estamos ante las elecciones más inciertas de nuestra democracia. Pero, pase lo que pase, lo que sí es seguro es que ya nada será igual después del 20-D.

CASIMIRO GARCÍA-ABADILLO – EL MUNDO – 30/11/15