Rivera urge a negociar a Rajoy para que no gobierne «el populismo»

EL MUNDO – 22/03/16

· Le pide «responsabilidad» ante el riesgo de que «Podemos y los separatistas alcancen el poder» El diálogo con el PP es ya la única vía que tiene C’s, que asume que Sánchez puede pactar con Iglesias.

Consciente del riesgo de que Pedro Sánchez termine echándose en los brazos de Podemos para alcanzar la presidencia, Albert Rivera está incrementando la presión sobre la última opción que le queda para seguir ocupando un lugar central en las negociaciones para formar Gobierno: que el PP entre en las conversaciones. Para ello, ayer el propio líder de la coalición advirtió a Mariano Rajoy de que, si no reconsidera su posición, «el populismo, como en Grecia, llegará al poder».

Cierra la puerta. Pero el pestillo no encaja. Vuelve a empujar con la mano. No se cierra del todo. Mariano Rajoy es quien trata de dar portazo a una negociación a tres con PSOE y Ciudadanos (C’s), y Albert Rivera es quien pone el pie para que se mantenga abierta. El líder de la formación emergente es consciente de que su éxito en las negociaciones para que haya Gobierno –y no sea con Podemos en él– pasa exclusivamente por el candidato del PP. Apela a la «responsabilidad» de Rajoy porque si no «el populismo, como en Grecia, llegará al poder». Que Ciudadanos forme parte de una coalición está en manos de Rajoy. Rivera se comprometió a trabajar por, al menos su abstención. De momento, un esfuerzo baldío. Por eso, la estrategia del partido naranja en los próximos días pasa por intensificar la presión hacia el líder del PP, pero para que permita a su equipo sentarse con los del PSOE y C’s, no para que él protagonice el diálogo. Matiz importante.

«Vemos con preocupación la pasividad de Rajoy y del PP, que no quiere sentarse en la mesa con los dos partidos con los que dice que quiere negociar», se quejó ayer Rivera tras la reunión de su Ejecutiva –fue el único partido que citó a su comité de dirección–. «Las salidas son, si no, nuevas elecciones o que Podemos y los separatistas alcancen el poder. Ninguna de las dos son buenas».

Desde el partido naranja son conscientes del riesgo de que después de casi dos meses en el foco de la gobernabilidad, intentando presentarse como mediadores entre PP y PSOE y artífices del consenso, podrían quedarse compuestos y sin silla en el acuerdo. Rajoy, el pasado fin de semana, dejó claro que su prioridad es pactar con los socialistas y, sólo después, no vería mal que se sumara Rivera, a quien recordó que «sus votos no son necesarios». Al mismo tiempo, y como ha informado este diario, en Ciudadanos asumen que Sánchez podría morder la manzana de la tentación aritmética de la izquierda. Esto es, ante el bloqueo del PP, consideran que el líder del PSOE podría cambiar el acuerdo de Gobierno con Ciudadanos por un pacto con Podemos, Compromís e IU, más la abstención de los separatistas, para llegar a Moncloa.

Esa posible jugada, que ya contemplan en la quinta planta de la calle de Alcalá –sede central de C’s–, obliga a Rivera a fiarlo todo a Rajoy, hasta el punto de que ahora estaría dispuesto a hablar del documento de gobierno con cinco ejes de Rajoy, que en su día el equipo de C’s describió así: «Un niño de 12 años a lo mejor los puede hacer igual».

Ayer Rivera rectificó esta posición: «Si el PP quiere hablar de sus cinco reformas podemos hablar de ellas o si quiere añadir más al acuerdo con el PSOE, también. No más inacción, no más irresponsabilidad», fue el mensaje que lanzó al presidente del Gobierno en funciones. «Le pedimos a Rajoy responsabilidad, que permita que los equipos negociadores de los tres partidos se sienten a hablar». Ese es el mensaje que van a tomar como bandera en los próximos días los distintos dirigentes de Ciudadanos. Quieren que Rajoy sea «responsable» en marzo y no en septiembre, en un clara reflexión donde se aprecia que en el equipo de Rivera ya se contempla la repetición de las elecciones el próximo 26 de junio.

Pero este ímpetu de Rivera de fiarlo todo a Rajoy choca de bruces con las intenciones del PSOE. «Nosotros ya hemos dicho que no vamos a negociar con el PP en modo alguno. No tenemos más que decir, porque ya lo hemos dicho de todas las maneras posibles», zanjó ayer en el Congreso María Luisa Carcedo, secretaria de Bienestar Social de los socialistas, tras una reunión conjunta con Ciudadanos con organizaciones profesionales y colectivos sociales. En estas citas ambos partidos sí negocian conjuntamente, mientras que en las reuniones con formaciones de la izquierda, de momento, los socialistas acuden en solitario, como ocurrió con IU o sucederá en el próximo cara a cara entre Sánchez e Iglesias.

El líder socialista dijo ayer en Canarias que su acuerdo con Ciudadanos es «firme» pero está abierto a otros partidos, en un mensaje a Pablo Iglesias. Rivera dijo que está vigente «de momento». «Si el PSOE quiere otro acuerdo distinto [al nuestro] sólo tiene que decirlo. No pasa nada. Eso ahora mismo no se ha planteado. Si PSOE y Podemos quieren un acuerdo lo pueden hacer. Ese es uno de los riesgos que hay».

VUELVEN LAS DISCREPANCIAS POR LA REFORMA LABORAL

Reunión con la patronal. PSOE y C’s participaron ayer de forma conjunta en una reunión con los presidentes de CEOE, Juan Rosell, y Cepyme, Antonio Garamendi, que sirvió para volver a poner de manifiesto las diferencias entre los dos partidos respecto a la reforma laboral del PP: los socialistas, a favor de derogarla; Ciudadanos, en contra de hacerlo.

Jordi Sevilla: derogar sí. Por parte del PSOE acudieron a la reunión Jordi Sevilla y Manuel de la Rocha. El primero explicó al término del encuentro que no habían «entrado al detalle» sobre la reforma laboral, pero que la postura socialista es «buscar un nuevo modelo de relaciones laborales y, en la medida que es nuevo, deja de funcionar el anterior y a eso se llama derogar».

Luis Garicano: derogar no. Por parte de C’s estuvieron Luis Garicano, Miguel Gutiérrez y Toni Roldán. Defendiendo el pacto de gobierno suscrito entre ambos partidos, en el que no figura derogar la reforma laboral, Garicano recordó que la fórmula propuesta «en absoluto» supone tumbar la ley actualmente vigente, sino «introducir» en ella «un mayor equilibrio en las relaciones laborales».

EL MUNDO – 22/03/16