Saber decir «no»

JOSÉ MARÍA CARRASCAL, ABC 29/03/13

· El último encuentro entre Rajoy y Mas parece marcar un antes y un después en las relaciones entre el gobierno central y los autonómicos.

Ahora nos enteramos de que Rajoy y Mas se han entrevistado de tapadillo. Adivino el gesto de preocupación en muchos rostros. Han sido demasiadas las concesiones hechas en tales encuentros a los nacionalistas por parte de los encargados de los intereses de todos los españoles. ¿Hay razones para la alarma? Nos hubiera gustado ver las imágenes de la llegada y salida. Sobre todo las de Mas, a quien se nota si está alegre o contrariado, mientras Rajoy tiende al hieratismo. A falta de ellas, hemos de contentarnos con lo que se filtra, que es poco y, además crípticas: hubo acercamiento en economía, inmovilismo en política. O sea, lo del vaso medio lleno, medio vacío. Algo, sin embargo, indica más vacío para el president que para el presidente. Por lo pronto, el encuentro fue solicitado por un Mas muy distinto al que alardeaba de que la consulta soberanista «se celebrará sí o sí». Hoy se acerca al PSC y aleja de ER, y no parece tener «ni para tabaco», como diría Camba.

Un Mas, en fin, acorralado por la realidad y por su viejas palabras, que vino a Madrid a pedir ayuda para pagar facturas. ¿Hizo bien Rajoy en recibirle? Pienso que sí. Cualquier otra cosa no hubiera hecho más que abonar el victimismo catalanista: «Madrid nos explota, nos aplasta». Hablar, pues, todo lo que quieran. Ceder, nada. ¿La dichosa consulta? No. Rajoy no podría concedérsela aunque quisiera, al estar fuera de sus atribuciones. ¿Pacto fiscal a la vasca? Tampoco, pues ya Bruselas advierte de que se impone acabar con tales privilegios, no ampliarlos. ¿Respiro económico? ¡Hombre! Podía haberle dicho que, antes, prescindiera de las «embajadas» y otros costosos signos de un Estado catalán inexistente. Pero tampoco es cosa de ensañarse. A fin de cuentas, todos somos españoles, aunque algunos se empeñen en no serlo, y estamos en Semana Santa, que es tiempo de perdón.

Y si un hermano viene a pedir ayuda, hay que ayudarle. Se les puede, por ejemplo, flexibilizar el coeficiente de déficit e incluso adelantar el dinero que el Estado tiene que aportarles este año, para sacarles del apuro. Pero a todas las Autonomías que lo pidan, no solo a ellos, como concesión especial. En otras palabras: se acabó el chantaje al que los nacionalistas nos vienen sometiendo bajo el lema «lo mío es sólo mío, y lo tuyo, de los dos». Cuando lo correcto en una auténtica democracia es «dar al Estado lo que es del Estado, y a sus partes, lo que es de ellas». O si lo quieren en lenguaje constitucional: «Dar a la Nación lo que es de la Nación, y a las nacionalidades, lo que les corresponde».

No sé si en la calamitosa situación en que se encuentra España, hemos aprendido la lección. Mis dudas se acrecientan respecto a los nacionalistas. Pero, al menos, parece que hemos aprendido a decirles «no». Parece.

JOSÉ MARÍA CARRASCAL, ABC 29/03/13