ABC 18/01/16
Aviso a Susana Díaz y los barones del PSOE contrarios a pactar con PNV, IU, Podemos e independentistas: «No me siento presionado, sino bien, fuerte»
Digan lo que digan los barones socialistas, Pedro Sánchez no afloja en su idea de convertirse en presidente del Gobierno con los votos del PSOE, Podemos, PNV e IU y la abstención de partidos independentistas catalanes (ERC y DiL). Tiene tan claro eso como que no pactará con el PP bajo ningún concepto, porque es lo que han pedido los españoles en las urnas el 20-D, dice, y él no renuncia «a ser arquitecto del nuevo tiempo político», en el cual el PSOE es «la primera fuerza del cambio».
Rajoy y el problema catalán
«Es el candidato preferido de los independentistas para seguir en La Moncloa; es su Red Bull: les da alas»
Cuando quedan cuatro días para que lo reciba el Rey en la cita más decisiva, a efectos de despejar si hay alguna posibilidad de que apoye a Mariano Rajoy en la primera sesión de investidura, Sánchez dejó claro ayer en Santander que actuará «al dictado de nuestros valores, al servicio del cambio y el progreso y del interés general de la mayoría a la que nos debemos».
Tras una entrevista con el presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla –que le pidió irónicamente «sé fuerte» ante las presiones internas y externas– Sánchez sonrió y luego, con los periodistas, fue tajante una vez más: Mariano Rajoy «no es la persona capacitada para poder liderar» los «grandes consensos» que precisa España.
«España necesita grandes transformaciones que exigirán grandes consensos y Mariano Rajoy, que ha gobernado solo y frente a todos, y que hasta hace pocos días solo ha confundido su mayoría absoluta con el absolutismo, no es la persona capacitada para poder liderar esos grandes consensos», apostilló.
Los críticos: una ensoñación
El líder socialista es consciente de las presiones que va a tener que afrontar en las próximas semanas por parte del PP y de sectores económicos que apoyan una abstención activa del PSOE a favor de Rajoy, para que no haya repetición de elecciones, y por parte de los barones socialistas que no quieren un «pentapartito».
Consideran estos últimos que es una ensoñación que, si bien puede hacer factible la investidura de Sánchez con una carambola de apoyos y abstenciones, es ingobernable desde el día siguiente. Su miedo es que una experiencia de ese tipo acabe con el PSOE en la marginalidad, como le ocurrió al PSC catalán tras la experiencia de siete años de tripartito (2003-2010) con ERC e Iniciativa per Catalunya (IC). Aun así, Sánchez les avisó ayer: «No me siento presionado, me siento bien, fuerte».
Pese a que Podemos ya ha dicho que el precedente de lo ocurrido en la Constitución de las Mesas de las Cortes (pacto PSOE-Ciudadanos-PP) no es un buen «precedente» para solicitar apoyo a su investidura, Sánchez está decidido a hacerlo. «Frente a otros que han empezado a trazar líneas rojas, a hablar desde atalayas y a construir cordones sanitarios», los socialistas van a «tejer lazos, construir puentes y suscitar los grandes consensos que necesita España».
«No acepto lecciones»
Al preguntarle por la polémica generada en el PSOE por el «préstamo» de cuatro senadores a ERC y DiL para que pudiera constituirse como grupo parlamentario en la Cámara Alta, Pedro Sánchez no quiso referirse ni a su antiguo aliado el presidente extremeño, Guillermo Fernández Vara, ni al aragonés, Javier Lambán, muy duros con la decisión; Susana Díaz y otros como el asturiano Javier Fernández también lo han criticado, pero en privado.
Sánchez prefirió centrar ayer sus ataques en el PP y en Rajoy, que sí que contribuye al soberanismo con su «inmovilismo». «Es el Red Bull de los independentistas, porque les da alas», ha dicho parafraseando el eslogan de una conocida bebida energética. «No voy a aceptar lecciones de patriotismo de la derecha», insistió, porque es una «fábrica» de independentismo.
«A la derecha le pasa lo de siempre, que confunden patria con patrimonio, y lo que hay que decir es que Mariano Rajoy es el candidato preferido, el candidato favorito de los independentistas para seguir en La Moncloa», recalcó. «Así que ya va siendo hora de cambiar el paso y de tender puentes para resolver uno de los principales problemas que tiene nuestro país, defender la integridad territorial de España, con una reforma constitucional, y resolver el conflicto en Cataluña».
El líder socialista cree que el cambio político «no puede esperar ni un minuto más» y por eso el Grupo Socialista ha presentado 17 proposiciones de ley y no de ley en el Congreso; para forzar al gobierno a que derogue la reforma laboral o a que suba el salario mínimo interprofesional (SMI) y establezca el ingreso mínimo vital, una prestación no contributiva de la cual se beneficiarían las 720.000 familias que en España no tienen ya ningún subsidio ni ingreso de ayuda.
En la comida con los militantes estaba la secretaria general del PSOE cántabro, Eva Díaz Tezanos, alineada con Sánchez durante la crisis desatada en el Comité Federal del 28 de diciembre, a diferencia de Susana Díaz, Javier Fernández, Guillermo Fernández Vara, Emiliano García-Page y otros abiertamente contrarios al «pentapartito». Díaz Tezanos señaló que el PSOE tiene la «obligación» y la «oportunidad» de liderar la iniciativa que permita una salida al «laberinto político» que vive España. «Está en juego un modelo social y de convivencia para los próximos años. Este país te necesita, Pedro».
El PSE pide apoyar al líder
En esa misma línea, la secretaria general de los socialistas vascos, Idoia Mendía, instó ayer a Podemos, Ciudadanos y el resto de partidos que propugnaban «cambio» en las elecciones del 20-D a «cumplir su palabra». «Será responsabilidad de todos los partidos que han prometido a los ciudadanos cambiar el país decidir si cumplen la palabra dada a los ciudadanos», señaló Mendía en una entrada en su blog. Los socialistas no pueden dar su «respaldo» al PP porque quieren «rehacer todo lo que Mariano Rajoy ha deshecho».