Luis Ventoso-ABC

  • Si les cuenta cómo gobierna, habrá tortas entre los empresarios americanos por invertir aquí

Los juicios de intenciones son faena de riesgo. Pero mi pálpito es que una de las razones de la caída de Redondo fue el bochornoso pinchazo de aquello que se anunció como un encuentro planetario entre Biden y el gran referente progresista europeo. Los legendarios 45 segundos del pasado 14 de junio, con Sánchez calentándole la oreja a Biden por un pasillo ante la olímpica indiferencia del estadounidense, supusieron una humillación indigerible para quien tiene la egolatría como una seña de su psique. Pero Sánchez es tesonero. Así que ahora vuelve a intentar refrescar su chamuscada vis internacional con una gira comercial por Estados Unidos (donde no platicará ni con un ujier de la Casa Blanca, pues la Administración demócrata sigue orillándolo con desdén). Parará en Nueva York, Los Ángeles y San Francisco, gustándose en visitas a sedes de empresas. Paradójicamente, en este viaje para captar inversiones no lo secunda ningún líder empresarial español, saturados de ejercer de coro en sus montajes de autobombo, como ha explicado María Jesús Pérez en ABC.

El éxito de la misión comercial está garantizado. Si Sánchez les cuenta a las multinacionales estadounidenses la verdad sobre su Gobierno, habrá tortas por invertir en España: «En efecto, Bill, mi vicepresidenta segunda es militante del Partido Comunista. Por eso trata a los empresarios como sospechosos y quiere incrementar los costes de las compañías y cargarse una reforma laboral liberal. Además ella considera que el concepto de patria es una gañanada franquista y debe ser sustituido por el de ‘matria’. Qué guay, ¿verdad? Os entenderéis muy bien». Más argumentos atractivos: «Así es, Julie, si invertís en Barcelona tendréis la ventaja de que los hijos de vuestros altos ejecutivos, en lugar de estudiar en español e inglés, que son lenguas francas, tendrán que hacerlo obligatoriamente en catalán, y si eligen el País Vasco, en euskera, porque España tiene la riqueza de ser plural y diversa».

Los empresarios estadounidenses se sentirán especialmente seducidos cuando constaten que Sánchez es un paladín de la seguridad jurídica: «Mi visión sobre la justicia y las leyes es clara, Elon. Permíteme que te la resuma. Si lo que resuelve un tribunal no me gusta, mi Gobierno pone a parir a ese tribunal y listo. Así lo estamos haciendo con el Tribunal Constitucional y el de Cuentas. Además, ya he acogotado un poco a los jueces con un decretazo ‘ad hoc’ que aprobé con mis socios comunistas». Y si todavía así se resisten a invertir, entonces llega el momento de aportar el argumento definitivo: «El país es muy sólido, muy fiable. Ahora mismo estoy negociando su futuro en una mesa bilateral con los separatistas catalanes, a cuyos dirigentes acabo de indultar contra el criterio del Tribunal Supremo tras ser condenados a 13 años por un golpe de Estado para crear una república independiente. De verdad, Warren, tenéis que invertir en nuestra estupenda nación de naciones». No hay mejor embajador de España que nuestro presidente Sánchez. Tal vez por eso ha reducido la agenda internacional del Rey.