Miquel Giménez-Vozpópuli
  • Dentro de poco la sedición se premiará con un apartamento en Torrevieja. Al tiempo

Uno tiene la suficiente edad como para recordar cuando Don Torcuato Fernández-Miranda, gran político y uno de los más importantes artífices de la Transición, hizo popular la “Trampa saducea”. Como muchos saben, esa expresión de origen bíblico hace referencia a aquella pregunta a la cual, respondas lo que respondas, acabarás diciendo algo que se malinterpretará, será incorrecto o acabará perjudicándote. Según el Evangelio fueron los saduceos quienes formularon ese tipo de interrogante a Jesucristo, a ver si lo pillaban en un renuncio. Saduceos somos, pues, quienes osamos preguntarle al gobierno si va o no va a dejar el delito de sedición en poco menos que una calaverada de sábado por la noche.

Pero el gobierno, que lo es por apoyo de sediciosos, resulta que además es sibilino. Y responde que, si bien es cierto que trabaja en rebajar las penas por ese delito de lesa patria, no lo es menos que lo hace para “homologar” la pena con los países de Europa, añadiendo que tal asunto no afecta a las conversaciones con los de Feijoo y que, además, no existe la mayoría parlamentaria precisa para tamaño despropósito – eso lo decimos nosotros – como ley orgánica que son 176 diputados justos y cabales.

Es decir, que si hasta ahora a los que intentaron dar un golpe de estado proclamando la república catalana la cosa les ha salido relativamente gratis para lo que les habría costado en otro lugar, dentro de poco incluso es posible que se le regale  a quien reincida contumazmente en el error una máquina de café, una aspiradora o un paraguas con mando electrónico. Sumen a esto los inquietantes descubrimientos de la Benemérita acerca del golpismo catalán, que ni es tan sonriente ni tan bondadoso como pretendían hacernos creer, el acercamiento de los presos etarras con delitos de sangre y sin el menor rastro de arrepentimiento o la pretensión del lehendakari Urkullu de disponer de jueces vascos porque, según él, lo justo es que te juzguen “tus jueces”, y ya me dirán si los sediciosos están empezando a dejar de ser sibilinos y saduceos para mostrarse abiertamente más brutos que el que se comió la boina a palo seco.

Los que van de castos varones socialistas argumentan que lo primero debería ser definir qué es y qué no es sedición

En total, todo para que Sánchez pueda aprobar sus presupuestos de plastilina que no resisten el menor análisis económico serio, porque para que salgan viento en popa precisa de esos salvavidas que son PNV, ERC y Bildu. Mientras tanto, los que van de castos varones socialistas argumentan que lo primero debería ser definir qué es y qué no es sedición, que el concepto legal data de 1822, que no se adapta a la actualidad – es decir, alzarse en contra del orden constitucional democrático depende del año en el que se haya nacido – y que las penas vigentes son inusitadamente altas.

Que lo diga todo un ex ministro de justicia como Don Juan Carlos Campo no deja de tener importancia. Y tela. En ERC ya están echando cuentas a ver qué más le sacan a Su Pedridad, porque tienen que aprovechar que Moncloa está de ofertas por liquidación de temporada, y en Waterloo dudan si hacer la maleta con ropa de verano o de invierno, porque lo único que les queda por saber es cuando vuelve Puigdemont a España con la tarjeta de “Sale libre de la cárcel”.

Lo dicho, que les van a poner un piso.