ABC-LUIS VENTOSO

Temas del consejo de ministros: el sindicato de prostitutas… y Franco

NUESTRO presidente no votado anda de gira por América, con aire de «espejito espejito, ¿quién es el líder más carismático del orbe?». Pero por fortuna el Gobierno de progreso nunca descansa, como bien recuerda el NODO (disculpen el torpe lapsus linguae de Memoria Histórica, queríamos decir la nueva TVE plural y ya liberada de las garras facciosas). Ayer hubo consejo de ministros bajo la ponderada batuta de la vicepresidenta Calvo, pues hay trabajo urgente por acometer para superar las barrabasadas antisociales del marianismo. Como saben, el Darth Vader de Pontevedra acabó con la sanidad y la educación públicas; aprobó unos presupuestos «austericidas y cruelmente antisociales» (con los que Sánchez gobierna ahora tan ancho); le subió el IVA al cine, exterminándolo al costar las entradas unos céntimos más; y, por supuesto, fue el claro instigador del golpe de Estado en Cataluña, con su empecinamiento fachoso en no dialogar con los buenos de los sediciosos. Rajoy era tremendo, hasta controlaba con eficacia el flujo inmigratorio. Pero por fortuna hoy los españoles «tienen un Gobierno en el que se reconocen», como dice Sánchez, por lo que siguen con expectación las ruedas de prensa del viernes, en las que la ministra portavoz Celaá –a la que sus jefes tienen pánico por sus goles en propia meta– informa de las nuevas iniciativas progresistas, paritarias, igualitarias, dialogantes y exhumadoras. Ayer, aún estando ausente el presidente no votado, el consejo volvió a ser tan fructífero como acostumbra. El tema destacado fue OTRAS. Es decir: la Organización de Trabajadoras Sexuales, un sindicato de profesionales de la prostitución que el Gobierno de progreso aprobó en el BOE del pasado 4 de agosto. Ahora, 27 días después, reconocen que metieron la zueca y que acometerán una presta rectificación ante tan grave pecado de leso progresismo. Como cada semana, hubo también positivas novedades económicas. La ministra portavoz Celaá informó de que «nada está fijado» de cara a los próximos Presupuestos, ya que, según explicó en uno de sus momentos zen, «toda negociación tiene un tránsito». Por si todo esto fuese poco, se produjo además un anuncio de inmensa trascendencia: «Pese a las amenazas de la familia», el Ejecutivo de Sánchez, trabajando hasta el insomnio, logrará desenterrar a Franco para Navidades. Lógicamente, el lunes el Ibex subirá como el champán, la prima de riesgo caerá en picado y habrá sopapos por invertir en España.

Mientras tanto, desde Costa Rica, el presidente no votado pidió a su socio de cabecera, el separatista xenófobo Torra, al que hace unas semanas recibía con su lacito amarillo en La Moncloa, que sea buen chico. Además, anunció una comisión de investigación sobre el cambio horario.

Y así, queridos amigos, se escribe una semana más de la formidable historia del Ejecutivo más paritario, progresista, bonito, exhumador y menos votado de la historia. Y es que como dijo ayer la señora Celaá (logrando con gran éxito que no se le escapase la risa): «Este Gobierno está regenerando la democracia en todos los frentes».