EL MUNDO – 08/02/16
· La Policía detuvo ayer en diferentes localidades de las provincias de Alicante y de Valencia, así como en la ciudad autónoma de Ceuta, a siete presuntos integrantes de una célula que enviaba material logístico como armas a las principales organizaciones terroristas que operan en Irak y Siria, Jabhat al Nusra y Daesh. Lo hacían mediante contenedores que embarcaban en diferentes puertos españoles disimulados como ayuda humanitaria.
Con esta operación, la Policía Nacional ha conseguido desmantelar una célula internacional dedicada además a la financiación y al blanqueo de capitales, según informó ayer el Ministerio del Interior.
En Barcelona, el ministro Jorge Fernández Díaz destacó que se trata de un «golpe muy importante» que ha supuesto un «salto» cualitativo en la labor que se está desarrollando en la lucha antiyihadista.
El objetivo de esta operación, explicó, era cortar la financiación y acceso a materiales, equipos y armamentos que son «absolutamente indispensables» para el funcionamiento de las organizaciones terroristas en esas zonas de conflicto, que han incrementado sus necesidades de abastecimiento, de suministro tecnológico y de armamento.
Entre los arrestados hay cinco españoles de origen sirio, jordano y marroquí, y dos extranjeros residentes, de Siria y Marruecos.
Las detenciones se practicaron en las localidades alicantinas de Crevillente, L’Alquería D’Ansar, Muro, Alcoy y Alicante, así como en Onteniente (Valencia) y en Ceuta.
En total se efectuaron doce entradas y registros en los domicilios de los detenidos, así como en los locales y naves donde desarrollaban sus negocios ilícitos. El grupo, al que se comenzó a investigar en 2014, comenzó a operar hace tiempo en varios países de Europa hasta asentarse de forma estable y definitiva en España.
La dirección la ejercía un solo miembro, que había establecido un liderazgo permanente basado en la confianza, en intereses compartidos y en un ideario radical afín. Este líder centralizaba y dirigía toda la actividad a través de un complejo empresarial que le permitía, sin levantar sospechas, el envío del referido material en contenedores cerrados, que tenían su punto de partida en puertos españoles y cuyo destino eran los grupos terroristas que operan en Siria e Irak.
La cobertura fraudulenta que utilizaban era la de enviar ayuda humanitaria a las zonas de conflicto, pero realmente lo que viajaba oculto entre enseres varios era material militar, dinero, equipos electrónicos y de transmisiones, armas de fuego y precursores destinados a la fabricación de explosivos.
La financiación provenía, principalmente, de envíos a través de compañías de transferencias internacionales de dinero, utilizando a personas interpuestas, y sobre todo, por medio de pagos y movimientos de dinero al margen del sistema legal, mediante el método conocido como Hawala, con el que los investigados eludían el control de las autoridades.
Paralelamente a las labores empresariales ilegales, el líder de la red mantenía constantes y fluidas relaciones con un integrante de la organización terrorista Daesh, quien le solicitó en varias ocasiones que captase a mujeres para que se casasen en Siria con yihadistas que combaten bajo su bandera.
Como es habitual en yihadistas, la organización desarticulada en esta operación policial utilizaba las redes sociales como medio principal de comunicación, además de disponer de perfiles personales en los que difundían comentarios a favor de los citados grupos terroristas.
La operación policial se ha desarrollado bajo la dirección del juez de la Audiencia Nacional Eloy Velasco y en coordinación con la Fiscalía de la Audiencia Nacional.
EL MUNDO – 08/02/16