Sonrisas y lágrimas

TONIA ETXARRI, EL CORREO 23/10/13

· La sonrisa de la ex presa de ETA, Inés del Río, a su salida de la cárcel, poco antes de que un tribunal de Londres dejara en libertad condicional a Troitiño, contrastaba con los rostros desencajados de las víctimas del terrorismo que no ocultaban su tristeza al comprobar que algunos de los reclusos de la banda no van a pagar más de un año en prisión por cada asesinato cometido. Son las dos imágenes contrapuestas desde que el Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo fallara contra la forma de computar los beneficios penitenciarios de la Justicia española. Entre esas dos imágenes , la sonrisa de quien ha pagado con 26 años de cárcel los 23 asesinatos que cometió y la tristeza de las víctimas del terrorismo, han intentado colocarse algunos partidos políticos en un equilibrio difícil de comprender.

«Hay tantísimo dolor, que no podemos analizar con absoluta objetividad», decía la portavoz del Consejo general del Poder Judicial mientras las víctimas expresaban su decepción ante una situación que creen que se hubiera podido evitar si la reforma de la normativa jurídica en este país se hubiera hecho a su debido tiempo, y no con trece años de retraso. Poco margen tiene el Gobierno después de la sentencia del tribunal de Estrasburgo más que el de los recursos de la Fiscalía ante las reclamaciones individuales de los presos

que quieren que se les aplique un nuevo cómputo de las penas, a fin de recuperar la «tarifa plana» en los beneficios penitenciarios que les permitía el antiguo código penal antes de su reforma en 1995. De poco sirven ya los lamentos sobre la poca diligencia que mostraron los gobiernos de los 80 para reformar un código penal que permitía que un preso que hubiera matado a una persona y otro que tuviera en su historial 22 asesinatos pudieran recibir los mismos beneficios penitenciarios.

Las víctimas de ETA saben que quienes cometieron delitos terroristas a partir del 96 seguirán computando sus beneficios penitenciarios por cada condena recibida. Por eso Parot, precisamente, no se verá afectado por la sentencia del tribunal europeo porque pesa sobre él una condena dictada por la Audiencia en febrero del 2007.

Pero la imagen de los responsables de los atentados, en la calle, sin haberse arrepentido y sin haber mostrado síntoma alguno de estar preparado para reinsertarse en la sociedad, les resulta difícil de asimilar. Estamos ante casos muy distintos a los de activistas de ETA arrepentidos, como Soares Gamboa, por ejemplo. Estos no se arrepentirán porque su entorno político está intentando re escribir la historia de modo que se justifique la trayectoria de la banda.

La ‘doctrina Parot’ había servido al Gobierno para presionar a un colectivo de presos incapaz de acogerse a las vías de reinserción individual porque la dirección de ETA se lo prohibía. Ahora el Ejecutivo de Rajoy se ha quedado sin esa baza. No es probable, de todas formas, que un Gobierno al que un tribunal externo le obliga a hacer un movimiento contrario a sus intenciones, vaya a cambiar su política penitenciaria. Por mucho que se lo pida el PNV.

TONIA ETXARRI, EL CORREO 23/10/13