Ignacio Marco-Gardoqui-El Correo

En lo que constituye una maniobra, creo que sin precedentes, la patronal ha lanzado su propuesta de subida del salario mínimo hasta un 8% en los dos próximos años. En lugar de esperar pacientemente la llamada de la sin par vicepresidenta segunda para negociarla o resignarse a soportar sus decisiones unilaterales ha adelantado su postura. Seguro que a la señora Díaz no le habrá gustado nada eso de desayunarse justo el primer día de su nuevo mandato con la noticia de que no podrá anunciar, una vez más, la buena nueva. No le habrá gustado porque a ella no le es suficiente con la subida. Quiere conseguirla ella, si es posible doblando el brazo de la patronal y anunciarla empaquetada en su permanente sonrisa. En cualquier caso, este movimiento demuestra flexibilidad y capacidad de iniciativa, desmonta algunas críticas, de fuera y de dentro de la organización, y niega las advertencias, estas todas de dentro del colectivo, que auguraban la ruina económica si subían los salarios mínimos. La propuesta llega con la firma de CEOE y Cepyme, lo que aleja la posibilidad de respuesta interna negativa. Yo siempre he creído que si quien paga está de acuerdo con pagar más -en este caso serán 1.112 euros en 2024, que son 32,4 más al mes- no hay nada más que decir y solo resta aplaudir, pues unos mayores salarios sin merma de la productividad son buenos para todos al traer alivio personal, más consumo y mayores ingresos fiscales.

El anuncio supone un reto para el Gobierno al superar la subida a los funcionarios

El anuncio supone un reto para el nuevo Gobierno. Primero porque mejora la subida concedida a los funcionarios, que me imagino no permanecerán callados, y segundo porque limita su capacidad de acción al igualar lo acordado previamente con los sindicatos en el marco del AENC, que fija los salarios de más de 10 millones de trabajadores cubiertos por algún tipo de convenio. Además, la propuesta prevé una subida adicional de un 1% si la inflación supera el 3%, algo que esperemos no suceda por el bien de todos, incluidos en primer lugar los que esperan cobrarlo.

Es mucho mejor la situación anterior, cuando los salarios no subían porque los precios permanecían estables, que esta de ahora en donde los salarios corren detrás de los precios sin conseguir alcanzarlos. Veremos qué hace ahora el Gobierno y cómo acoge la señora Díaz este gesto de distensión que llega como agua de mayo a este atribulado y tenso país.